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La banca argentina aplaza su quiebra ofreciendo tipos de interés del 100%

A unos días de las elecciones generales que enfrentan como principales contendientes al Partido Radical y al peronismo, los bancos argentinos lograron ahuyentar el fantasma de la quiebra ofreciendo tipos de interés entre el 100% y el 60% mensual -según la magnitud de los depósitos- para que los impositores renovaran por una semana, en el mejor de los casos, sus depósitos a plazo fijo.

Mientras, la Unión Industria Argentina (UIA), principal patronal del país, y la Confederación General de Trabajadores (CGT) firmaron un pacto, calificado de "tregua social", por el que los empresarios se comprometen a no suspender o despedir trabajadores por razones económicas hasta el 15 de junio a cambio de que no haya conflictividad social. La CGT se reservó por su parte el derecho a la huelga general "si la considera necesaria". Ambos firmantes reflejan sin duda el temor generalizado a un estallido social poselectoral sobre la base de una crisis -económica -sin precedentes, caída del salario real y tardío congelamiento de precios que han llevado al desabastecimiento de productos de primera necesidad.La posibilidad de una recomposición del capitalismo terminal argentino sobre la base de una distensión social no termina de generar tranquilidad y parece un maquillaje electoral. Mientras, reina la escasez de papel moneda. El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha hecho trabajar a la Casa de la Moneda de forma incesante para impedir el desabastecimiento de billetes. Paralelamente, limitó la retirada de depósitos en primera instancia a 5.000 dólares para aliviar el congelamiento de depósitos; posteriormente permitió retirar hasta 15.000 dólares, intentando impedir una carrera masiva que quebrara el sistema financiero.

En la noche del pasado martes el clima era más respirable, cuando el colapso del sistema financiero argentino obtuvo un alivio de una semana porque el 70% de los recursos ajenos del sistema -colocados a plazo fijo entre una semana y tres días- fue mayoritariamente renovado por los impositores. ¿Cómo logró el sistema bancario argentino renovar los depósitos en medio de la feroz incertidumbre económica del país? Pagando tipos de interés sin igual en todo el mundo. Para los pequeños depósitos el interés pagado para inducir la renovación fue del 60% mensual, es decir, el 2% diario.

Pero detrás de este triunfo del sistema bancario hay una realidad dramática. El 70% de los depósitos bancarios está atado a diversos coeficientes oficiales, remunerados pero convulsivos.

Insolvencia

Los recursos del sistema bancario es el dinero del que dispone el Estado para sus necesidades. Los activos bancarios, préstamos y créditos concedidos por los bancos son pasivos -dinero que debe-. Una retirada masiva de depósitos no sería sólo materializar la quiebra del sistema financiero; sería, para la Administración, pasar de su quiebra técnica a la insolvencia real.La esquilmada maquinaria administrativa no está en condiciones desde hace años de pagar o devolver el dinero que debe al sistema financiero. Ni siquiera los intereses, que son meros asientos contables. De esta forma, el sistema bancario argentino no es más que una vasta red financiera que nutre con el dinero de los depósitos de clientes a una Administración del Estado en quiebra. La quiebra de la Administración es un fenómeno brutal. Para dar un ejemplo, el Estado no puede entregar a los hospitales, ya no placas radiográficas, sino lisa y llanamente algodón y alcohol.

Los economistas, analistas financieros y funcionarios económicos del Gobierno son reticentes a explicar este colapso administrativo. Pero los ex funcionarios -un colectivo ciertamente numeroso-, empeñados en el pasado en algún intento cuyas consecuencias se pagan hoy, se muestran más dispuestos a hablar. "Después de la caída de las Malvinas, en 1982, prosperó el seguro de cambio para la deuda privada exterior. Se fijó la deuda al cambio de entonces y el Estado se ha hecho cargo de la diferencia desde entonces", afirma un ex funcionario del Partido-Radical del área económica que atribuyó el plan de 1982 al hoy asesor económico del candidato electoral justicialista Menem, el economista Domingo Cavallo.

El mecanismo, tras las sucesivas devaluaciones de la moneda argentina, ha reducido a un extremo ridículo la deuda exterior privada para quienes la contrajeron dejando el fardo al Estado. "Una nacionalización de la deuda exterior privada", afirma el interlocutor. La financiación de esta deuda exterior privada nacionalizada y de la exterior pública han sido uno de los puntales de un déficit fiscal sin igual.

Lo anterior se presenta como un punto de fuga hacia la quiebra. El otro punto de fuga es el fiscal. El sistema fiscal, en parte por su corrupción, en parte por su falta de medios, es incapaz de recaudar o atacar las bolsas de fraude.

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