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UN HUMANISTA ESPAÑOL, UNA EDITORIAL MEXICANA.

La visión del fundador del FCE

El director del Fondo de Cultura Económica (FCE), Enrique González Pedrero, declaró ayer que la concesión del Premio Príncipe de Asturias supone "una gran distinción, un estímulo y un reconocimiento de los esfuerzos de un núcleo muy distinguido de hispanoamericanos y españoles que han dirigido o colaborado con el Fondo durante todos estos años y que han hecho de esta editorial un puente entre América y España". Enrique González bromeó con el lugar común que atribuye el nombre de la editorial a una errata y explicó que el Fondo surgió durante la crisis económica de 1929 como una editorial de cultura económica, "pero acabó abarcando todas las ramas del saber, Por lo que se ha transformado en ecuménica"

En su ensayo sobre el Fondo de Cultura Económica dice Enrique Krauze que el día que se intente una historia cultural de México y Latinoamérica se verá cómo, en lo que respecta a las ciencias sociales y al desarrollo de una industria editorial, Daniel Cosío Villegas fue un libertador constructor.Yo añadiría que esa historia tendrá que incluir los últimos 30 años de la historia de España. Por dos motivos fundamentales: porque a la visión del fundador (Cosío Villegas) se unen la de un grupo de intelectuales refugiados políticos españoles que dieron fuerza y lucidez al panorama cultural mexicano y, después, porque la participación del FCE refrescando el terrorífico ambiente del franquismo fue decisiva.

La actitud de Cosío fue doble; por una parte rompió de manera agresiva la dependencia editorial con España y, por otro lado, fortaleció los lazos con lo más granado de su intelectualidad en el exilio.

En los años cuarenta, la solidez de la aventura ya era clara gracias a la Casa de España y a lo que después sería el Colegio de México, donde los inmigrantes realizaban importantes tareas de selección y traducción de obras. Entre ellos destacaban Javier Márquez, que era el brazo derecho de Cosío, Julián Calvo, Eugenlo Imaz, Alaminos, Giner de los Ríos, Vicente Gaos, Manuel Altolaguirre, Andújar, Jarnés, Roces, Carner, Aub, todos ellos muy bien acompañados de jóvenes mexicanos, entre los que se encontraban Juan José Arreola y Antonio Alatorre.

Primeras ediciones

Como señala Krauze en su ensayo sobre el FCE, no sólo de traducciones vivió el Fondo. Las colecciones Tierra Firme, Biblioteca Americana y Tezontle contenían exclusivamente títulos de autores en castellano, incluso primeras ediciones en cualquier lengua de autores como Fromm y Bloch.

El primer libro publicado por el FCE fue El dólar plata, de William P. Shea, a pesar de que en la solapa se anuncia que ya había salido el Karl Marx de Laski, que apareció pocas semanas después.

Entre los autores más escogidos que aparecían por primera vez en castellano estaban D. Ricardo, A. Smith, Keynes, E.Durkheim, Burckhart, Marx, Heidegger, Hegel, etcétera. Unido a ello se ofrecía lo más actual de la cultura europea: Bataillon, Braudel, Levi-Strauss, Merleau-Ponty, Childe, etcétera.

En la primera etapa del FCE en España, donde las tareas se limitaban a distribución y promoción, se consagraron un listado de títulos que podemos considerar clásicos de la resistencia intelectual antifranquista: La España ilustrada en la segunda mitad del siglo XVIII, La rama dorada, Erasmo y España, El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, etcétera; además, se introduciría lo más relevante del pensanmiento mexicano en la obra de Reyes, Paz, Rulfo, Fuentes, etcétera. La última -ventura del FCE es el lanza miento de tres colecciones españolas en las que se ha incluido a María Zambrano, Ramón Gómez de la Serna, Fernando Savater, Rafael Argullol, Miguel Morey, Eugenio Trías, etcétera. En fin, que a pesar del título no pare ce que el Fondo se vaya al fondo.

Héctor Subirats ,escritor, es director del Fondo de Cultura Económica en España.

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