Intolerancia
Quizá hubiera sufrido una cierta perplejidad leyendo el artículo de Eduardo Subirats Europa y el conflicto árabe-israelí si no estuviera ya escarmentado de la retórica vacía de argumentos de los defensores del Estado de Israel.Comienza Subirats reprochando a los medios de comunicación su "exceso de sensibilidad" por darnos a conocer diariamente el número de víctimas del Estado israelí. Si a Subirats le parece excesivo informar de los crímenes cotidianos de un Estado apoyado, política y económicamente, por Estados Unidos y Europa, me gustaría saber su opinión sobre el caso Rushdie. ¿Le parece acaso excesivo el deseo de salvar una sola vida?
Continúa intentando crear un complejo de culpabilidad en Espada respecto de persecuciones acaecidas en 1492, complejo del que sin duda Israel podría sacar grandes beneficios, olvidando interesadamente, en cambio, la expulsión de medio millón de moriscos a principios del siglo XVII.
A continuación, Subirats pasa a explicar en su artículo las críticas al Estado de Israel como un deseo de Europa de limpiar su conciencia y como un resurgir del antisemitismo, comparando la intifada con los ficticios crímenes que la Inquisición imputaba a los judíos. No se atreve a pedir impunidad absoluta para los actos criminales de Israel, pero poco le falta.
Es una pena que Subirats se limite a afirmar que "sería demasiado fácil demostrar que entre la Alemania nazi y el joven Estado de Israel no existen precisamente muchos paralelismos". Ojalá se hubiera atrevido a demostrarlo; algunos incrédulos se lo agradecerían ios.
Para terminar, Subirats se refiere a "la intensidad ética e intelectua, que creó la comunidad israelí". Vaya esto último como consuelo para el sufrido pueblo palestino. ¡Menos mal que sus opresores iban con buenas intenciones que si llegan a ir con malas...! -
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