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Pinochet exige como para reformar la Constitución

El general Augusto Pinochet instruyó ayer al ministro del Interior, Carlos Cáceres, para que le informe sobre la conveniencia de introducir algunas reformas constitucionales después de dialogar con los políticos. Pinochet condicionó un plebiscito para reformar la Constitución antes de la elección presidencial de diciembre a que exista consenso entre los partidos políticos. Pero su discurso de 30 folios para conmemorar el octavo aniversario de la Constitución, q je leyó durante 45 minutos, vestido con uniforme de gala blanco, no se reunió a que en 12 meses más debe terminar el régimen militar.

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Pinochet reiteró ante los 3.000 asistentes a la ceremonia en el edificio Diego Portales, sede de la Junta de Gobierno, que las reformas buscan perfeccionar la Constitución y no fueron motivadas por alguna "oculta intención personal" o para desmantelar el orden jurídico. El general Pinochet propuso en su intervención seis cambios constitucionales: reafirmar que el artículo 82, que proscribe a los partidos marxistas, "no tiene por objeto perseguir ideas"; perfeccionamiento de los mecanismos de reformas; derogación de la facultad del presidente para disolver la Cámara de Diputados; eliminación de la atribución para expulsar personas de Chile y prohibir su ingreso; integrar un nuevo miembro en el Consejo de Seguridad Nacional, y acortar el próximo período presidencial de ocho a cuatro años.El ministro del Interior, Carlos Cáceres, informó al término de la ceremonia que la próxima semana iniciará contactos con los partidos políticos para conocer su opinión sobre las reformas necesarias a la Constitución, que el régimen llama de libertad. Según Cáceres, el proceso se hará con rapidez, prudencia y cautela.

De las proposiciones de Pinochet, el cambio de los rígidos mecanismos de reforma constitucional refleja una de las aspiraciones más significativas de la oposición, aunque la disminución del plazo del próximo período presidencial es también propuesta por los disidentes.

Papel tutor de los militares

La concertación de 17 partidos opositores ha pedido además derogar la proscripción ideológica, un Parlamento íntegramente elegido por el pueblo, sin senadores designados, y eliminar el papel tutor que los militares ejercerán sobre el próximo Gobierno a través del Consejo de Seguridad Nacional. En su discurso, el general Augusto Pinochet defendió la permanencia de las actuales normas esenciales de la Constitución, porque "no pueden estar sujetas a mayorías circunstanciales", y advirtió que tendrán "mal fin" las iniciativas de los grupos opositores para desmontar las obras de su gobierno.

Los cambios propuestos representan una posibilidad para el régimen militar de lograr consenso en torno suyo en un plebiscito previo a las elecciones de diciembre. Cáceres anticipó además que en el referéndum las reformas se votarán "en paquete", y no una a una, colocando en dificultades a los opositores si sólo aceptan algunos y no todos los cambios propuestos.

En su discurso, salpicado de amenazas y advertencias a los opositores, a quienes nuevamente acusó de "fraude" en el plebiscito de octubre, Pinochet mantuvo en la incógnita un punto esencial: si está dispuesto o no a dejar el Gobierno en marzo del próximo año, como le correspondería hacerlo de acuerdo a la Constitución.

El ex presidente de la Democracia Cristiana Gabriel Valdés criticó esta ambigüedad: "Debió haber sido mucho más categórico y varonil y decir que no aspira a seguir siendo presidente", dijo tras escuchar el discurso del general.

La reacción inicial de la oposición fue cauta. Algunos dirigentes de la concertación opositora valoraron positivamente que Pinochet reconociera la necesidad de reformas constitucionales, pero todos desconfían de su real intención.

Llamada a la derecha

En 1985, el general Pinochet desautorizó el diálogo que el entonces ministro del Interior sostuvo con los grupos de la oposición. Según el presidente del Partido Amplio de Izquierda Socialista (PAIS), Luis Maira, en su discurso de ayer "Pinochet no tomó en cuenta las grandes demandas nacionales ni acogió las ideas de quienes triunfaron en el plebiscito de 1988".

Detrás de su iniciativa de refoimas, el general Pinochet concitó el acuerdo de los miembros de la Junta de Gobierno, que será la que tenga la última responsabilidad de aprobar la convocatoria a plebiscito.

Por su parte, el jefe de la Fuerza Aérea y miembro de la Junta general Fernando Matthe¡, sostuvo que no agregaría ninguna otra modificación a las propuestas del general Pinochet.

Otro miembro de la Junta Militar, el almirante José Toribio Merino, declaró que lo más importante es "lograr consenso entre los políticos". Pero a Pinochet todavía le falta alcanzar un acuerlo en la dividida derecha: en tres ocasiones en su discurso llamó a este sector a deponer sus "diferencias personales", siendo ovaconado por los asistentes a la ceremonia.

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