Alan García cree que "solo la revolucion va a detener la subversión en Perú"

El presidente peruano, Alan García, se mostró convencido de que "sólo la revolución va a detener la subversión" en Perú, aunque reconoció que "el polpotismo de Sendero Luminoso no tiene retorno y hay que cercarlo". Durante un desayuno que se prolongó por más de dos horas en el palacio presidencial de Lima, García exhibió toda su pirotecnia verbal ante cuatro docenas de periodistas extranjeros, a los que confesó que desearía convertirse en un "predicador político" cuando deje la presidencia.

La brillantez retórica del presidente peruano y líder del gobernante APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) contrasta con la realidad del país donde la tasa de inflación mensual llega al 40% y el terrorismo causa estragos. El tema acordado con la Prensa extranjera había sido el terrorismo y las medidas de lucha antisubversiva del Gobierno, pero García dijo en su primera intervención que respondería a todas las preguntas. El terrorismo pasó así a un segundo plano y García pudo explayarse en todos los terrenos.El presidente peruano, que ha limitado el pago de la deuda externa de su país a un 10% de los ingresos por exportaciones, dijo que los países latinoamericanos que han optado por seguir pagando la deuda externa "han hecho un mal negocio" y citó como prueba las "situaciones dramáticas" que ha vivido recientemente Venezuela, donde centenares de manifestantes murieron al lanzarse a las calles en protesta por alzas de precios básicos. "Lo dramático es que peor les va a los que más pagan porque se han quedado sin recursos", dijo, mientras que Perú, "tiene el consuelo de decir que se lo ha comido".

Según García, países como Argentina, Venezuela y México deben más ahora que hace cinco años, pese a haber pagado todas sus obligaciones al costo de "exprimirse y sacrificarse". "Perú se adelantó al asunto. Si hubieramos pagado, no tendríamos reservas ni el país habría crecido como lo hizo en 1986 (10%) y en 1987 (8%)", añadió.

Solución al terrorismo

Cuando tocó el problema terrorista, el. presidente peruano aseguró que "la única forma y profunda de derrotar al terrrosmo a largo plazo es transformar al Perú, redistribuyendo la riqueza, evitando los monopolios y dando participación al pueblo a través de sus Gobiernos regionales". Añadió que "no es comprando fusiles, tanques, aviones, helicópteros", como se va a derrotar a la subversión. "El problema", dijo, "es que la democracia sea justicia en el Perú. En el Perú hay demasiada división, demasiada pobreza, demasiada injusticia. Lo terrible es que estoy aquí como presidente y no tengo cómo demostrar que la democracia sí es justicia,".

Afirmó García que "sólo la revolución va a detener la subversión" y describió la revolución como "la transformación estructural del Perú".

Sobre el grupo terrorista Sendero Luminoso, dijo García que "las características de la psicología senderista, mesiánica y emblemática, se pueden ver en sus escritos. Tienen algo de oriental y de andino. Involucran la personalidad de cada uno de sus componentes. He conversado en alguna ocasión con gente comprometida con la violencia y he comprobado que se aprovechan de ciertos niveles mentales para inducirlos casi hipnóticamente. Es gente que ya está orientada en un sentido y no tiene retorno". Según García, "el polpotismo senderista no tiene retorno, y hay que cercarlo".

Considera García que Sendero Luminoso cometió un error estratégico al establecerse en Ayacucho. "Siempre creí que Puno, por su cercanía a Bolivia, iba a ser un campo de acción senderista. Creí que Bolivia es uno de los objetivos de cualquier geopolítico. Las características andinas podrían hacer un fácil contagio de la metedología senderista".

Ante la pregunta de una corresponsal brasileña sobre la supuesta oposición del presidente de Estados Unidos, George Bush, a la construcción de una carretera transamazónica entre Brasil y Perú para preservar el medio ambiente, García dudó de tal oposición, pero aclaró que no va a aceptar intromisiones extranjeras en su país y acotó que "ojalá se construyeran, no una carretera, sino cinco".