5.000 clientes
Kamerton, Sociedad Limitada, opera en España desde hace cinco años. Comenzó con 500 abonados, y en la actualidad sus servicios llegan a más de 5.000 personas. Cobra unas cuotas de ingreso que oscilan entre 15.000 pesetas para el abonado normal hasta 500.000 si se trata de empresas, pasando por las 50.000 de los abonados especiales. Previo pago de cuotas mensuales inferiores a las 1.000 pesetas, estas personas reciben entradas de todo tipo de espectáculos con el 5% o el 10% de recargo sobre su precio oficial, más 300 pesetas por el servicio de mensajería, más varios miles por los gastos de gestión.
Este último concepto es el que dispara los precios de Kamerton cuando se trata de espectaculos de gran aceptación popular. Simón Alonso suele contratar a varios cientos de parados y personas procedentes de sectores marginales y, a razón de 400 pesetas la hora, les pone a guardar cola hasta 48 horas antes de que se abran las taquillas. De esta manera, las entradas para el recital de José Carreras, por ejemplo, tienen previsto un recargo por gastos de gestión de 6.500 pesetas. La dirección de la empresa Philips, el Liceo Francés, Citibank, el Consejo Superior de Deportes y diversas personalidades, "algunas de ellas muy conocidas, incluido un ministro de¡ actual Gobierno", se encuentran entre sus clientes.
Boletín crítico
Los abonados de Kamerton reciben además un boletín en el que la empresa adjudica kampanazos y kastañazos para elogiar o criticar a la Administración o a las empresas que toleran la reventa ¡legal. Así, en el último boletín (marzo de 1989) propina un kastañazo múltiple a "la policía, el Ministerio de Cultura, el teatro de la Zarzuela, los medios de comunicación, etcétera, por permitir trabajar a sus anchas a los reventas en las inmediaciones de¡ teatro de la Zarzuela". "Las localidades", señala el boletín, las están vendiendo desde 15.000 a 30.000 pesetas". El boletín elogia, por el contrario, al Festival de Teatro de Madrid "por cumplir la ley y no limitar el número de entradas por persona".
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