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Tribuna:UNA POLÉMICA ITALIANA
Tribuna
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¿Se puede hacer una crítica del libro de un amigo?

Éste ha sido el escándalo literario del año en Nueva York: un amigo de Jay McInerney (el joven autor de Bright light city, traducido en Italia por Bompiani con el título de Le mille luci de New York) ha hecho la reseña crítica de su último libro, The story of my life.Imagino la desorientación del lector italiano y por eso voy a intentar aclararlo. Ha sucedido justo así: P. J. O'Rourke, amigo y compañero de colegio de Jay McInerney, se ha ofrecido por iniciativa propia para hacer la reseña crítica para The Wall Street Journal. Se ha aceptado la oferta porque P. J. O'Rourke tiene una buena reputación y había colaborado ya con el periódico en el pasado. Y ha enviado un hermoso texto, favorable y con algunos destellos de entusiasmo, que se ha publicado y que ha hecho estallar el escándalo. La acusación es la siguiente: un amigo no debe hacer la crítica al libro de un amigo, ya que la imparcialidad de su reseña crítica es sospechosa. Es una rebelión contra cierta red de relaciones y de favores "que domina en el mundo editorial y en las letras americanas" (New York Magazine, 3 de octubre de 1988).

Más información
El libro de un amigo, los enemigos y los amigos

Una defensa difícil

Por lo que yo sé del asunto (y a pesar de que ha sido muy denso el bombardeo de acusaciones y de que se ha repetido hasta la saciedad la sentencia de que "es deshonesto que un amigo haga la crítica del libro de un amigo"), ningún hombre conocido ha movido un dedo para rebatir este razonamiento. Y por consiguiente, este frío y ácido lance ha continuado desarrollándose.

Por una parte, se encuentran los presuntos culpables, conocidos, un tanto perplejos y con cierta dificultad para defenderse por sí mismos. De hecho, el autor de la crítica ha dicho: "Pero es que el libro de McInerney me ha gustado de verdad. Si no me hubiera gustado, no habría hecho la crítica...".

Y por otra, se encuentran los que forman la tropa del mundo editorial y del periodismo (redactores de las casas editoriales y redactores periodísticos), que dicen: la reseña crítica de un libro debe ser como el veredicto de un tribunal distante, imparcial y sin lazos con el acusado.

¿Por qué no han intervenido los célebres? Creo que por realismo. Cualquiera que tenga un poco de ojo y un mínimo de memoria repara en que también las reseñas críticas de los grandes libros fueron hechas por personas que pertenecían al mismo ámbito personal y cultural de los autores.

¿Dónde está entonces la crítica demoledora? Michael Levitas, jefe del suplemento literario de The New York Times (aunque ya no lo es, al menos temporalmente: su director le ha destinado a dirigir el suplemento de economía), dice que todo periódico americano que se precie tiene una red de colaboradores desconocidos diseminados por todo el país que escriben reseñas críticas. Un libro neoyorquino de nomenclatura literaria viene avalado por alguien que vive en Kansas o en Ohio y que no tiene ningún vínculo con el pundit (erudito) de Manhattan. Debido a estas precauciones, también yo como lector observo un solo tipo de crítica demoledora en el célebre suplemento de The New York Times: la del experto en los enfrentamientos del experto, la del docente contra el docente rival. "Quizá el emérito McDoughal cree haber llegado al fondo de la cuestión con este librillo suyo, que no tiene en cuenta tantos otros estudios (entre los que generalmente se cuenta el del autor de la reseña). Pero se equivoca. Su libro sólo toca el tema de refilón...", brama la típica crítica universitaria.

Y me parece que en este doloroso terreno convergen dos mundos y dos terrenos. ¿No se dice que tampoco en Italia hay ya crí

Traducción: Daniel Sarasola

¿Se puede hacer una crítica del libro de un amigo?

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