La fiscalía de Barcelona investiga a varios médicos y farmacias por presunto fraude a la Seguridad Social
Josep Servat Rodríguez, en su calidad de secretarlo general del Departamento de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat de Cataluña remitió el pasado 29 de diciembre un informe al fiscal jefe de la Audiencia Territorial de Barcelona, Carlos Jiménez Villarejo, sobre las presuntas irregularidades cometidas por un grupo de médicos de la Seguridad Social y dos farmacias de la ciudad, algunas de las cuales podrían constituir un delito de defraudación a la Seguridad Social mediante la facturación de recetas falsas de fórmulas magistirales (medicamentos que elaboran las propias farmacias).
El informe es fruto de una investigación realizada durante dos años por la Inspección del Instituto Catalán de la Salud (ICS), con la colaboración de los Mossos d'Esquadra. El fiscal jefe ha ordenado la apertura de diligencias preliminares.La investigación practicada por la Inspección del ICS ha revelado que se facturaron a la Seguridad Social recetas de fórmulas magistrales cuyos beneficiarios aseguran no haberlas recibido ni haber comprado nunca los productos; que muchas de las recetas figuraban en las farmacias como compradas por pensionistas, para quienes los medicamentos son gratuitos, pero estaban extendidas a nombre de usuarios en activo; que muchas recetas figuraban vendidas con una fecha anterior a la que constaba como prescripción; y que la mayoría de las recetas investigadas correspondían a fórmulas magistrales cuya composición se comercializa en preparados de laboratorio muchos más baratos.
La investigación reveló además que se facturaron recetas sobre medicamentos no autorizados y recetas irregulares de psicotropos. Se desconoce todavía el número de médicos implicados y el montante del fraude, pero de la inspección de las recetas facturadas por una sola farmacia durante tres meses se desprende que el fraude podría alcanzar cientos de millones.
Las irregularidades se descubrieron, según el informe, al observar en el control de las facturaciones "una fuerte desviación" de la partida correspondiente a fórmulas magistrales, "principalmente por las farmacias Herederos de Fita Ramírez, de la calle Pallars, 298, y Moreu Cacho, de la calle Fluvià, 194". La Inspección del ICS averiguó que las recetas facturadas por esas farmacias habían sido prescritas y firmadas "por un número reducido de facultativos" de ambulatorio.
La farmacia Fita Ramírez facturó a la Seguridad Social entre enero y julio de 1987 recetas de fórmulas magistrales por valor de 59,9 millones, lo que supone un precio medio por receta de 6.383 pesetas. El precio medio de las recetas de fórmulas magistrales facturadas en Barcelona es de 3.144 pesetas, es decir, la mitad.
El doble de caro
Para averiguar qué médicos podían estar implicados, los se investigaron las recetas facturadas por esta farmacia durante los meses de mayo, junio y julio de 1986 y se observó "una posible canalización irregular de recetas" por parte de "algunos facultativos de los centros de asistencia primaria de Poble Nou, Sant Andrés y Lope de Vega". La farmacia facturó durante esos meses recetas de fórmulas magistrales por valor de entre 7 y 11 millones mensuales, para una cifra de entre 1.300 y 1.800 recetas al mes. Al analizar la relación de médicos que: las habían firmado se observó que una docena de ellos superaba, en algunos casos sustancialmente, el porcentaje medio del valor en fórmulas magistrales que facturan los médicos de la ciudad de Barcelona.Así, mientras el promedio de las fórmulas magistrales constituyen el 9,7% del valor de lo que receta un médico en un mes, en el caso del doctor Vidal Salvat alcanzan el 30% y el 25% en el caso de los doctores Pujales García (dermatólogo), Josep Vidal, Segura de Luna, Ortíz Carram, Font Sellarés, Cortés Farrés, Gutiérrez Milego y Bellido Sabalis, todos ellos investigados por Inspección.
En algunos casos se observó además un volumen de recetas muy superior a lo normal. El ICS pagó en recetas en 1987 un promedio de 673.939 pesetas por médico al mes (contanto generalistas y especialistas), mientras que, según comprobó la Inspección, en 1986 el doctor Pujales recetó algunos meses por valor de casi 30 millones.
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