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El Gobierno de la RFA reconoce que empresas alemanas ayudaron a construir la planta de Rabta

Los servicios secretos de EE UU tenían pruebas de que Libia estaba construyendo una planta, presuntamente destinada a fabricar gas venenoso, a través de una serie de llamadas telefónicas pinchadas en las que las autoridades libias pedían ayuda a empresas alemanas tras un escape de gas durante las pruebas de puesta en marcha de la factoría de Rabta, el pasado agosto. Mientras, el Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA) ha reconocido que varias empresas alemanas participaron en la construcción de esa planta.

El propio canciller federal, Helmut Kohl, dijo en televisión que se han encontrado nuevos documentos que podrían proporcionar pruebas de la ayuda de empresas de la RFA en la construcción de la polémica fábrica de productos químicos libia, situada cerca de Trípoli.Funcionarios del Departamento de Estado norteamericano informaron que un equipo de expertos alemanes occidentales habían recibido el pasado jueves un detallado informe sobre las últimas pruebas norteamericanas sobre la planta libia y las implicaciones de empresas de la RFA en su construcción.

Las conversaciones telefónicas interceptadas a los libios han sido enviadas desde Estados Unidos a las autoridades de Bonn después de que el Gobierno de Kohl negara cualquier tipo de participación de empresas de este país en la construcción de la polémica factoría, que Libia dice que está destinada a la fabricación de medicamentos, mientras Estados Unidos afirma que se trata de una planta de fabricación de armas químicas.

El canal de televisión NBC dijo que los servicios de información de EE UU sabían desde hace 11 meses que Libia estaba intentando producir gas venenoso, una vez que supieron que había obtenido cloruro de tionilo, tributilamina y clorobenceno, únicos productos químicos, según la NBC, que pueden producir gas venenoso, cuando se mezclan con otros productos que ya estaban en Libia.

La NBC dijo que una de las empresas alemanas occidentales a las que los libios llamaron apresuradamente el pasado mes de agosto, después de que se detectara una fuga en Rabta, fue la Imhausen-Chemie, cuyos técnicos habían construido el interior de la planta.

La citada compañía ha negado sistemáticamente cualquier implicación en la construcción de la factoría de Rabta, cerca de Trípoli. Ayer, el Gobierno alemán occidental anunció que había iniciado una serie de acciones legales contra la empresa Imhausen-Chemie. La pasada semana, una investigación oficial no había detectado pruebas sobre la participación de esa empresa en la fábrica libia. Pero ayer, el portavoz del Gobierno federal, Friedhelm Ost, dijo que Bonn recibió una "información seria", el pasado octubre, sobre el papel de la firma Inihausen en Libia.

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Por otro lado, el Gobierno libio devolvió ayer, a través de la mediación del Vaticano, los restos del piloto norteamericano Paul Lorence, muerto en el ataque aéreo de EE UU contra Trípoli en abril de 1986.

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