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De la bestia

Rosa Montero

Colección de cromos desaforados para festejar el Año Nuevo. El jefe del Estado Mayor norteamericano, con mofletes de bulldog y una arroba de latón en la pechera, señalando en un mapa el lugar en donde atizaron a los aviones libios: esas aguas internacionales del Mediterráneo de las que los estadounidenses abusan como si fueran la bañera de su casa. Es la suya una mostrenquez añeja, desde luego: apenas si hace seis meses que, desde unos mares semejantes, nuestros impresentables amigos mataron a los 290 pasajeros de un avión civil de Irán. De los enemigos, incluyendo al siniestro Gaddafi, ya nos vamos cuidando con garbo suficiente los europeos; pero no sé quién nos podrá cuidar de unos amigos tan tremendos.Cromo segundo: una horda de 1.000 millones 300 chinos (porque 300 salían en la foto y los demás millones se adivinan) echando espumarajos ante la presencia de 1.000 negros, 1.000 gotas de café con leche difuminadas en un océano de ictericia. Tantos años de lucha contra el imperialismo y el racismo nipón, tanto Libro rojo, tanta revolución cultural, para acabar convertidos en unos pollinos.

Y aún puede añadirse una estampita más: Fidel, con el uniforme guerrillero recién planchado, soltando espeluznantes gritos de "patria o inuerte", dos palabras teñidas de sangre que, potenciadas al berrearse juntas, dibujan en el horizonte un paisaje de dolor y de negrura. Ya sé que los cubanos comen, estudian y tienen médicos, logros todos ellos primordiales. Pero Fidel, gritando empecinadamente "patria o muerte" a los 30 años de la revolución, aferrado, como sólo se aferran los tiranos, a un poder sin sombra y sin fisuras, es el pozo sin fondo que lo devora todo. Pudriéndose está en la historia el compañero comandante.

Todo sigue igual, en fin, pese a cambiar de año. Cae la última hoja del mazo y se chincheta el nuevo calendario, pero la alimaña interior de los humanos permanece impertérrita. Por eso, apenas estrenado el 1989, hemos podido reunir esta desesperante colección de cromos, un catálogo de mañas de la bestia.

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