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Una sociedad ha adquirido el palacio de Altamira tras la renuncia previa de la Comunidad de Madrid

El palacio de Altamira, construido por el arquitecto Ventura Rodríguez en el último) cuarto del siglo XVIII, declarado monumento nacional en 1977 y que sufre una situación de abandono, fue adquirido el pasado mes de octubre por una sociedad, Flor Alsa, cuyas intenciones son rehabilitar el palacio, hoy muy deteriorado, y ofrecerlo en venta o alquiler a la Administración pública o a fundaciones de carácter privado que lo utilicen con fines culturales o sociales. Ramón Tamames, concejal del Ayuntamiento de Madrid, actuó en la operación de compraventa como asesor de la empresa.

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El precio de venta del palacio se estima que ha rondado los 400 millones de pesetas, según fuentes del sector. Ramón Tamames, concejal del grupo mixto del Ayuntamiento de Madrid, diputado también por el Grupo Mixto del Congreso, actuó como asesor de la empresa en la operación. Tamames afirmó a este periódico que, previo a la compra del palacio, se cumplimentó el derecho de tanteo por parte de la Administración pública, ya que, al ser monumento nacional, hubieran tenido preferencia a la hora de adquirirlo. El consejero delegado de Flor Alsa, Fausto Modino, es también consejero delegado de la sociedad Cosmos Inmobiliaria. Modino afirmó que Flor Alsa está estudiando actual mente la adquisición de otros edificios monumentales madrileños que, como el palacio de Altamira, se encuentran en una alarmante situación de abandono.

"La Administración tuvo la posibilidad legal de adquirir el palacio ejercitando su derecho de tanteo, y declinó hacerlo, afirmó Modino. "Lo cierto es que la Administración pública no tiene recursos ni la suficiente rapidez de reflejos para recuperar y rehabilitar edificios importantes, con valor histórico artístico, que corren peligro de degradarse totalmente. Nuestra empresa lo ha comprado con la intención de que cumpla un fin social. Vamos a restaurarlo, y luego, ofrecerlo a la misma Administración o a fundaciones privadas pero con contenido social. Podrá ser alquilado o vendido, según las ofertas que recibamos".

Modino insistió en que es la n iniciativa privada la que está en mejores condiciones para rehabilitar inmuebles de estas características, antiguos edificios que sufren un acelerado proceso de degradación. "Ahora hemos entablado conversaciones con la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, pero todavía no hay nada definido".

Fuentes municipales confirmaron que el propio Ayuntamiento estuvo pensando hace un par ¿le años en adquirir el edificio con la intención de rehabilitarlo y destinarlo a centro de actividades sociales o culturales, pero que en aquel momento existía una opción de compra por parte de la Comunidad de Madrid que, finalmente, no se materializó. "Cuando volvimos a insistir, hace unos tres meses", afirmó la citada fuente, "supimos que ya estaba prácticamente cerrada la operación de venta con una empresa privada".

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El palacio de Altamira se encuentra hoy cerrado y presenta la fachada y elementos ornamentales muy deteriorados, aunque, según sus nuevos propietarios, la estructura del edificio se conserva en buenas condicíones. Hasta 1982 estuvo ocupado por la Escuela de Delineantes, dependiente del Ministerio de Educación. Actualmente, una parte de los sótanos del palacio está ocupada por un bar de ambiente hawaiano.

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