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Un senador denuncia la manipulación fraudulenta de la leche a partir de suero de importación

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Dar consistencia y textura
Sucedáneos a 40 pesetas litro

Las sospechas comenzaron cuando Herrero comprobó que el sector lácteo en su conjunto y especialmente la leche esterilizada y envasada en el denominado brik o envase de cartón, comenzó a experimentar un comportamiento comercial anómalo. A medida que el producto básico subía en origen, situándose el precio del litro de leche vendido por el ganadero en una media de 52 pesetas en el mes de octubre de este año, bajaba en destino con descensos paulatinos y, en algunas marcas, se mantenía congelado por espacio de casi 36 meses. Según el senador, aún está reciente la campaña, incluso televisiva, de alguna marca anunciando leche esterilizada envasada en brik a 57 pesetas litro. En julio de 1988, se han registrado ventas en grandes mercados de marcas a 56 pesetas litro.El senador segoviano afirma que esta situación ha podido mantenerse hasta que a ciertas empresas del sector lácteo les ha resultado imposible competir en precio y han empezando a sufrir importantes pérdidas, bien por verse obligadas a bajar el precio o por la pérdida de ventas ante la imposibilidad de competir, manteniendo sus gastos fijos.

Márgenes

Por informaciones que ha recibido José María Herrero procedentes de empresas del sector, para obtener un litro de leche esterilizada en cartón brik, 34,50 pesetas de su valor corresponden al costo añadido sobre el litro de leche, como envase, bandeja, plástico, portes, gastos de distribución y otros gastos generales sin contar con el margen que debe calcularse para el fabricante y el detallista.

Por tanto, el precio de litro de leche se tenía que establecer, durante el primer semestre de 1988, en 81,50 pesetas, sumando el precio medio al ganadero y el costo de puesta en mercado; mientras que el precio de venta al público de varias marcas era, en julio de 1988, de 56 pesetas litro. La diferencia por litro se establece, según el senador en 25,50 pesetas unidad.

A partir de estos datos, el senador democristiano cree que cabe cualquier sospecha sobre la posible manipulación fraudulenta de la leche con el empleo de subproductos, como el lactosuero, de escaso valor alimenticio, que se asimilan en aspecto a la leche.

El lactosuero -cuyo empleo está autorizado para pastelería industrial y -otros productos como los batidos- se obtiene después de la fabricación del queso. Una vez precipitado y desecado, su color es similar al de la leche en polvo, con un contenido de 4,5% de lactosa, 0,3% de grasa y 0,3% de proteínas.

José María Herrero no entiende por qué el Gobierno no ha seguido el destino de la importación de 25.032 toneladas de lactosuero, en 1987, según datos de la Dirección General de Aduanas, mientras que en 1985 sólo se importaron 392 toneladas. Para el senador, el lactosuero, reconstituido con caseína y mantequilla, da un producto parecido a la leche con las mismas proteínas y grasas pero no con el resto del contenido alimenticio.

Sólo con las 25.032 toneladas de lactosuero importadas en 1987 se pueden fabricar 300 millones de litros de un producto parecido a la leche, o agua blanca -asegura José María Herrero- que luego se mezcla con leche y se envasa normalmente.

"A partir del lactosuero", afirma Herrero, "se puede obtener un producto de características organolépticas parecidas a la leche, añadiendo a la disolución caseína pura para obtener el porcentaje de proteínas necesario y la mantequilla suficiente, procedente de compras a la intervención a un tercio del valor de entrega.

Toda la mezcla, sometida a un proceso de 300 kilos por centímetro cuadrado de presión, queda perfectamente estable y con aspecto muy parecido a la leche, con contenido en grasa y caseína similar, pero carente del resto de propiedades como calcio y minerales. Como el lactosuero es más ácido, se suele neutralizar con una base y, como el producto final es más inestable que la leche, se suele incorporar mayor cantidad de estabilizantes químicos para garantizar su conservación".

Descalcificación en niños

"Esta circunstancia es muy grave", ha añadido el senador democristiano, "ya que la leche es un producto de primera necesidad, muy popular y tomado por los niños, fundamentalmente, además de que las familias más humildes adquieren las marcas más baratas.

Esto puede estar produciendo una descalcificación en los niños, graves problemas a enfermos y ancianos con el agravante de dosis mayores de las autorizadas, puede producir litiasis renal (cálculos) a personas de avanzada edad y el suero lácteo tiene mayor contenido de colesterol que la leche".

Herrero ha aceptado la respuesta del ministro de Sanidad y Consumo, Julián García Vargas, en ese mismo pleno, en el sentido de que el fraude puede existir y el anuncio de medidas inmediatas, aunque García Vargas expresó que sanitariamente no hay ningún riesgo y que no se trataba de una situación de alarma.

No obstante, el senador de la Democracia Cristiana ha anunciado que presentará una moción para que el Gobierno, a instancias de la Cámara Alta, tome las correspondientes medidas.

De hecho, inspectores del servicio central de fraudes han tomado muestras en varias empresas de Valencia, Canarias, Huesca y Gerona el 31 de octubre pasado, cuatro días después de hacerse pública la orden de inspección sin que aún se conozca el resultado, aunque el senador asegura que las firmas a controlar lo sabían antes de que llegaran los inspectores.

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