Mafalda cumple 25 años
Una exposición en Buenos Aires conmemora el aniversario del personaje creado por Quino
Con una muestra de dibujos inéditos se recuerda en Buenos Aires los 25 años que cumple Mafalda, la célebre niña-personaje creada por Joaquín Lavado, Quino, desde que asomó por primera vez en un medio gráfico como protagonista de comic. La exposición, que se presentó con la modestia y la timidez que caracteriza al artista, tocó de tal modo el alma sentimental de los porteños que la pequeña galería del teatro General San Martín, en el centro de la ciudad, se ha convertido improvisadamente en un lugar de citas y encuentros.
En 1962, por sugerencia del escritor y humorista Miguel Brascó, una agencia de publicidad encargó a Joaquín Lavado -que ya firmaba sus trabajos con el seudónimo de Quino- la realización de una historieta basada en la familia "tipo". Los personajes debían ser cuatro: el padre, la madre, un hijo varón y una hija mujer al estilo de Peanuts o Blondie, y se trataba de promocionar las neveras de la marca Mansfield, una empresa ya desaparecida. La agencia exigía que el nombre de la niña, convertida luego en protagonista, comenzara con la sílaba "Ma". Así nació Mafalda.Quino recuerda que el personaje "tenía vida propia" y se propuso cuestionar el mundo desde el primer cuadrito que dibujó. El acuerdo con la agencia de publicidad no prosperó y Quino llevó sus originales a Brascó para que los publicara en Gregorio, un suplemento de humor que editaba por entonces la revista Leoplan. Esto ocurría en marzo de 1962, pero Mafalda como estrella de su propia tira de cómic se presentó el 29 de septiembre de 1964 en la revista política Primera plana. De esto hace ahora 25 años.
La muestra seleccionada por Quino permite seguir la evolución del personaje desde aquel primer cuadro hasta la última tira publicada el 25 de junio de 1973 en la revista Siete días. "Dejé de hacerla porque estaba agotado, no daba más", dice ahora Quino con cierto alivio. Y repara en la coincidencia de las fechas con los acontecimientos políticos: "Comenzó a publicarse bajo un Gobierno democrático y dejó de hacerlo en otro Gobierno democrático, algo que en Argentina no es muy común".
El personaje, como tal, sólo reapareció en 1977 cuando Quino aceptó el encargo de la Un¡cef para que Mafalda y su banda de amigos -Manolito, Felipe, Miguelito, Susanita, Libertad- ilustraran y comentaran la Declaración de los Derechos del Niño. Pero las historias de Mafalda, aquellas que la llevaban a comparar el mar con un inmenso plato de sopa servido por un borracho y a definir el bastón de la policía como "el palito de abollar ideologías" son descubiertas cada día por nuevos lectores a través de los libros que recopilaron esas tiras.
Una editorial argentina, las Ediciones de la Flor, se sostiene todavía con la venta de los libros de Mafalda, que fueron traducidos a más de 12 idiomas y llevan vendidos unos diez millones de ejemplares en todo el mundo.
Para quienes conocen de cerca el genio creador de Quino -que se dedica ahora a la pintura aunque continúa publicando sus páginas de humor en periódicos y revistas-, el verdadero personaje es el tal Joaquín Lavado, un hijo de inmigrantes andaluces nacido en la provincia argentina de Mendoza el 17 de julio de 1932. Ahora mismo, ante el éxito de esta "sencilla muestra", como él lit llama, se oculta tras sus anteojos y desea huir de allí.
Entre las Mafaldas "inéditas" están los cuatro cuadros que dibujó a petición de Joan Manuel Serrat para su disco El sur también existe, que finalmente no se integraron a la obra por un equívoco entre un catalán y un andaluz", explica Joaquín.
Quino sabe que Mafalda nunca hubiera llegado a ser adulta. ¿Cómo podría serlo si ya de niña veía a su madre pasando el plumero y le decía: "El día en que la tierra. sea para quien la trabaja vas a. ser dueña de una polvareda que no te cuento".
60 años de Patortizú
Los 25 años de Mafalda como personaje de cómic coincidieron , con diferencia de unos pocos días, con los 60 años del legendario cacique Patoruzú, primer hijo conocido de la dinastía patoruzek, que por entonces -el 19 de octubre de 1928 en el desaparecido diario Críticano era el protagonista de ninguna historia personal,, tenía una familia y se llamaba Patoruzú. Su creador, el dibujante Dante Quinterno, lo incorporó a Las aventuras de don Gil Contento como un indio estrafalario y contradictorio porque no se le entendía demasiado al hablar.
Dos días más tardie Quinterno se pasó al periódico La razón, y ese indio llamado entonces Carigua reapareció recién el 27 de septiembre de 1930 con el nombre de Patoruzú, un super héroe aborigen que no vuela, no utiliza ningún recursso tecnológico, no come espinacas, no tiene poderes paranorinales y se las arregla con su poncho, su fuerza natural y un caballo "veloz como el viento": Pampero. Todavía hoy le acompaña en sus aventuras su arnigo y "padrino" llamado Isidoro Cañones, al que sobrelleva como un castigo divino desdeque una gitana se lo encomendó.
Patoruzú tiene también un hermano medio tonto de nombre Upa y una hermana fea como él, llamada Patora, que vive persiguiendo posibles candidatos a maridos. Además aparecen, a cada tanto, su madre de crianza, la "chacha", el capataz de la estancia que tiene en el sur del país -aunque Patoruzú vive en Buenos Aires- y alguna mujer que repara en su dinero o en su fuerza, pero poco en el alma noble del "viejo" indio.
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