Protesta de EE UU a una condena del Parlamento Europeo
IGNACIO CEMBRERO, El empeño del Parlamento Europeo por debatir asuntos sobre los que carece de competencia y la escasa asistencia de diputados a las sesiones facilitaron el mes pasado la aprobación de una resolución que acaba de suscitar una airada y motivada protesta de la Administración norteamericana. La eurodiputada comunista francesa Danielle de March consiguió colar mediante el procedimiento de urgencia una condena del tráfico de órganos de niños latinoamericanos comprados por "familias norteamericanas o israelíes cuyos hijos necesitan un trasplante".
La resolución fue sometida a la Asamblea de Estrasburgo el jueves 15 de septiembre, el cuarto día de la sesión plenaria mensual del Parlamento, cuando los diputados ausentes suelen ser mucho más numerosos que los presentes, y fue adoptada a mano alzada por una holgada mayoría. De no haber sido por la protesta de Washington hubiese pasado inadvertida, porque ningún medio de comunicación europeo se hizo eco de ella excepto L'Humanité, órgano del partido comunista francés, que le dedicó una larga crónica.
Inspirado en un informe de la Asociación de Juristas Demócratas, cuya rama francesa es afín al partido comunista, el texto aprobado menciona el descubrimiento el año pasado en Honduras y Guatemala de dos casas de engorde de niños, dos de cuyos responsables aseguraron que por 75.000 dólares (nueve millones de pesetas) las criaturas eran vendidas para ser desprovistas de sus órganos. Cerca de un tercer centro de características similares, señala el texto de De March, fueron también encontrados cadáveres de recién nacidos cuyos órganos habían sido extirpados, y, por último, un fichero señalaba la venta al extranjero de 170 niños que en su mayoría habían sido enviados a EE UU para que donasen a la fuerza sus órganos. La eurodíputada lamentaba que "el dinero pervierta los valores humanos esenciales".
De "puro invento" y de "mentira cínica" califica la resolución el secretario de Estado adjunto para los derechos humanos, Richard Schifter, en la carta de protesta que ha remitido a Karel de Gucht, presidente de la subcomisión de derechos humanos del Parlamento Europeo, y de la que ha enviado una copia al Ministerio de Asuntos Exteriores soviético. "Es evidente", añade la misiva, dada a conocer el viernes por el diario New York Times, "que la glasnost y el nuevo pensamiento no han llegado todavía al sector del Gobierno soviético encargado de propagar una indignante mala interpretación del material incorporado a la resolución del Parlamento Europeo".
A lo largo del verano, después de que fuese descubierto un nuevo caso de supuesto tráfico de órganos de niños en Paraguay, el Departamento de Estado ha acusado a "la prensa controlada por la URSS de explotar cínicamente rumores sin pruebas" para perjudicar a EE UU, a pesar de que en la cumbre de diciembre en ashington Ronald Reagan y Mijail Gorbachov acordaron poner un término a las campañas de intoxicación que libran la CIA y el KGB a través de los medios de comunicación del Tercer Mundo, para lo que será instalado un nuevo teléfono rojo.
Una investigación de la ONU sobre el tráfico de órganos no pudo aportar pruebas, y el secretario general de la organización, Javier Pérez de Cuéllar, llegó a desmentirlo, como hicieron también asociaciones humanitarias que en su día habían denunciado la venta lucrativa de recién nacidos para ser adoptados. "Por motivos técnicos, resulta difícil" escribía un experto en agosto e¿ el diario Le Monde, "que este tipo de tráfico internacional pueda existir". "La mayoría de los trasplantes efectuados en el mundo conciernen a adultos, sobre los que no se pueden trasplantar órganos extirpados a niños".
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