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Pinochet no acepta reformar la Constitución

El general Augusto Pinochet afirmó ayer en sus primeras declaraciones a la Prensa después de la derrota en el plebiscito que sólo en 1990 dejará la presidencia y que no aceptará reformas a la Constitución. En su residencia veraniega, ubicada en el balneario de Bucalemu, a 200 kilómetros al suroeste de Santiago, Pinochet fue vitoreado por partidarios suyos, que le pidieron que fuera candidato en la elección presidencial de diciembre de 1989. El presidente contestó ambiguamente: "En estos momentos no puedo ser candidato. Creo que la elección es de ustedes". Su esposa, Lucía Hiriart, hizo un llamamiento a "formar un gran movimiento de apoyo para que el presidente cambie la Constitución y pueda ser reelegido".

"Si no he variado la Constitución en estos ocho años, ¿por qué la voy a variar ahora? Así es, no hay cambio", manifestó a los periodistas Pinochet, que mostraba aspecto cansado. Agregó que los opositores "obtuvieron un triunfo, se lo reconocí y el día que corresponda, el día 11 de marzo de 1990, va a ser el día que entregaré el Gobierno". El general pidió a los que votaron por el sí que se mantengan ahora unidos.Los llamamientos de Pinochet y de su esposa han procurado infundir ánimos a sus partidarios. En Las Condes, la comuna de mayores ingresos en Chile, militantes de Avanzada Nacional, un partido de ultraderecha, y del grupo fascistoide Patria Y Libertad, han salido a las calles en las últimas dos noches como si celebraran un triunfo.

Una decena de opositores fueron golpeados en Santiago y otros cinco han recibido disparos de bala en los últimos días. La represión policial contra manifestantes y periodistas no ha contado, al parecer, con apoyo unánime entre las fuerzas armadas. El subdirector de Carabineros, general Óscar Torres, desmintió versiones que aseguraban que había dimitido por la represión que hubo contra la fiesta del triunfo del no.

La vivienda del dirigente democristiano Adolfo Zaldívar fue atacada por un centenar de personas. Zaldívar acusó al Gobierno de estar ejecutando un plan "a fin de provocar la violencia para desatar una represión que permita a Pinochet desconocer en el hecho los resultados del plebiscito".Legalmente, Pinochet no podría presentarse como candidato a la próxima elección, pero será senador vitalicio en su calidad de ex presidente, comandante en jefe del Ejército hasta 1997 y, como tal, integrante del Consejo de Seguridad Nacional, que tendrá una función tutelar sobre el próximo presidente.Sólo un resquicio constitucional, con una renuncia anticipada a sus cargos de presidente y comandante en jefe, podría permitirle postular en las próximas elecciones, según algunas interpretaciones. Pero la derrota en el referéndum produjo también un efecto centrífugo en las fuerzas de la derecha, que tanto Pinochet como su ministro del Interior, Sergio Fernández, han tratado de evitar. El problema para ellos, si la Constitución no es reformada, es quién los representará en la próxima elección. El grupo autodenominado Los Misioneros de Pinochet, que cuenta con 20.000 firmas de apoyo, ha propuesto a Lucía Hiriart como candidata presidencial.

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