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La oposición chilena cierra su campaña con la mayor concentración de la historia del país

La oposición chilena cerró ayer, a cuatro días el plebiscito, su campaña con la mayor concentración de la historia el país. Más de medio millón de personas -1,2 millones, según los organizadores- ocuparon cerca de 18 manzanas delante el escenario en la carretera Panamericana, una avenida con 10 carriles, y otras tres manzanas detrás del gigantesco escenario, que mostraba una sola palabra escrita con grandes letras: no. Fue el recibimiento multitudinario a las cuatro columnas de manifestantes que atravesaron 192 pueblos y ciudades a lo largo de 2.500 kilómetros durante 10 días, en la marcha de la alegría

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Serrat no pisó Santiago

Esta marcha, una movilización por el no al general Augusto Pinochet, ha logrado reunir, según sus organizadores, a tres millones de personas. La concentración de ayer, la mayor de la historia chilena, formó un bosque de banderas multicolores que se perdía en el horizonte para gritar "Y va a caer". Desde diferentes barrios partieron decenas de columnas, ocupando casi la totalidad de la capital. "Chile ya ganó. El no ha ganado en las calles, en las conciencias. Bastaron 15 minutos de televisión para hacer temblar 15 años de dictadura. Pinochet está derrotado. Hoy comienza la celebración", dijo el presentador del acto cuando comenzó a las once de la mañana.El escenario estaba flanqueado por un no de dos metros de altura. Un grupo de actores apareció amordazado con un car el que decía "No más censura". Como símbolo del fin del régimen se quitaron las mordazas mientras la multitud agitaba sus pañuelos. El único orador de la concentración, Patricio Aylwin, portavoz del comando del no y presidente democristiano, afirmó: "La alegría ya viene porque vamos a ganar. Vamos a ganar para construir una patria para todos, sin exclusiones". "Chile nació para ser libre. O la tumba será de los libres o el asilo contra la opresión", dijo, recordando la estrofa más conocida del himno nacional.

En su intervención, Aylwin sostuvo que "en sólo 27 días de campaña ha quedado en evidencia que el régimen representa a una minoría. La marcha de la alegría concluyó de sepultar el miedo. Con esta concentración se ha terminado el miedo".

En los alrededores, cientos de personas realizaban pintadas murales. En medio de la multitud, un grupo sostenía un gorila de tamaño natural, colgado de un palo, que representaba a Pinochet.

En un gesto de reconciliación sin precedentes, Isabel Allende, hija del depuesto presidente socialista, y Carmen Frei, hija del ex presidente democristiano Eduardo Frei, leyeron sendos saludo! de reencuentro. Fue un símbolo del comienzo del olvido de las diferencias que hubo y hay entre el centro y la izquierda, que fueron adversarios enconados durante el Gobierno de Salvador Allende.

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"Una patria para todos"

Isabel Allende leyó un mensaje de su madre, Hortensia Bussi, en el que la viuda manifestaba: "Chile ha despertado. Ésta no es la victoria de un partido o coalición. Es la victoria del pueblo". El mensaje asegura que a partir del plebiscito se inicia una nueva etapa: "Buscaremos mantener la concertación y el diálogo. Este desafio exige mantener la unidad. Dejemos de lado las rencillas del pasado". "Dedicaré todas las energías que me quedan para construir una patria para todos", sostenía Bussi en su mensaje.

Carmen Frei leyó también una nota de su madre María Ruiz Tagle, viuda del fallecido mandatario democristiano. "El pueblo chileno se ha puesto de pie. La reconciliación es posible", indicó. Agregó que "el no significa una mano tendida a todos los chilenos de buena voluntad, para caminar juntos en verdadera unidad, justicia y solidaridad".

Dos poetas leyeron fragmentos de Alturas de Machupichu, de Pablo Neruda. El cantante español Víctor Manuel, que llegó sorpresivamente el viernes a Chile, cantó Mujer de calama en homenaje a las viudas y madres de 70 fusilados en el norte de Chile durante el golpe militar. Al terminar, pidió que "la solidaridad se convierta en un no".

Diez madres de detenidos desaparecidos, con los retratos de sus familiares, leyeron los nombres y fechas de la detención de sus parientes y una de ellas interpretó el Baile de la cueca sola, en medio del silencio del público. Joan Manuel Serrat, cuya entrada al país fue impedida por la policía, envió un mensaje que fue leído en medio de la ovación del público.

Gabriel Valdés, ex presidente de la Democracia Cristiana, dijo que "la primavera ha comenzado; la conciencia dormida del pueblo despertó" y anticipó un triunfo del no con más de un 60% de los votos. Germán Correa, dirigente del Partido Sócialista Almeyda, afirmó: "La campaña [electoral] provocó un cambio cualitativo: los chilenos ya no tenemos miedo".

Un general feliz

Mientras se desarrollaba la manifestación, un anciano de aspecto quebradizo llegaba a Santiago. Se trataba del general de la Fuerza Aérea chilena Sergio Poblete, que fue uno de los pocos militares que se mantuvieron leales al Gobierno de la Unidad Popular, cuando el golpe de Pinochet el 11 de setiembre de 1973. Poblete fue juzgado por un consejo de guerra pero su condena le fue conmutada e inició un exilio que terminó ayer. Dijo Poblete que se sentía "feliz de ver al pueblo movilizado y unido en una lucha por la democracia y la libertad".

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