La danza española se despliega en Italia
Especial presencia española en el festival Reggio-Emilia
El Festival Internacional de Danza de Reggio-Emilia, que en los últimos años ha cobrado gran prestigio por el cuidado con que organiza muestras monográficas de diversos aspectos de la danza actual -las ediciones anteriores se dedicaron a la obra de Martha Grabam y al ballet holandés-, se ha volcado en esta ocasión con la gran muestra Bailar España, que hasta el 27 de septiembre concentrará aquí a un insólito número de compañías y bailarines españoles de todos los estilos y tendencias.
La ciudad de Reggio y el Ministerio de Cultura de España -con ayuda de la Comisaría de Cultura de la Comunidad Europea- se han volcado para sacar adelante lo que sin duda es la mayor muestra de danza española nunea presentada fuera de España, y que fue inaugurada el sábado por la noche.En la mencionada velada se contó con la doble actuación del Ballet del Teatro Lírico Nacional en el teatro Municipale Valli y de los bailarines de danza contemporánea Vicente Sáez y Antonia Andreu en el teatro Arlosto, donde también se inauguró una exposición fotográfica de Jesús Castañar.
La compañía oficial fue muy aplaudida por un público que llenaba el precioso teatro, aunque de la representación (Serenade, de Balanchine; Canto vital, de Plisetsky; Nocturno, de Ray Barra, y Raymonda divertimento, de Petipa) sólo resultan destacables las danzas de carácter de Ravmonda y los progresos que muestran los bailarines en Canto vital (Ricardo Franco, Eduardo Castro, José Antonio Quiroga y Manuel Armas). En el sector moderno, el solo de Vicente Sáez Els reveló un bailarín degrandes facultades y personalidad, capaz de subyugar e intrigar con su movimiento.
Ayer, domingo, bajo el título Una noche de encuentros, se celebró en el Municipale una gala en la que actuaron los bailaores Mario Maya, Antonio Márquez y Blanca del Rey; el dantzari vasco Mikel Sarriegui; los maestros de escuela bolera Ángel y Carmelita Pericet, y la estrella del BTLN, Arantxa Argüelles, acompañada de Raúl Tino, entre otros,
Quizá una de las ausencias más importantes es la de Trinidad Sevillano, que no fue posible traer a Italia debido a que está en Caracas preparando su gran estreno para el Festival de Otoño de Madrid (el George Sand, de Vicente Nebreda) ni a Ana Laguna, esperada hasta el último momento e incluida en los programas.
Diferentes estilos
Los organizadores han querido que en Reggio pudiera verse no sólo la danza tradicional española sino que hubiese una muestra del asentamiento del ballet clásico y neoclásico/contemporáneo (además de la compañía oficial, el día 22 se presentará el joven Ballet Víctor Ullate) y muy especialmente que, por primera vez, hubiera una amplia presencia de grupos y bailarines españoles dedicados a la danza moderna y contemporánea. Los grupos de Cesc Gelabert y Lidia Azzopardi, Carmen Serira, Angels Margarit (Mudances), Gracel Mencu (Vianants) y La Dux se presentarán en los próximos días.El único problema es que este afán, loable y positivo, de ensanchar un poco la imagen tradicional se ha hecho quizá a expensas de la danza propiamente española, que sigue siendo, de momento, lo verdaderamente original y fuerte que se produce en España, y rechinan un poco las ausencias -Gades, Cristina Hoyos, Manuela Vargas, etcétera-, que, por lo demás, el público y la crítica italianos tienen en alta estima.
Desde la gala del domingo 18 hasta la presentación del Ballet Nacional de España, con José Antonio y Merche Esmeralda, que elausurará la muestra en la noche del 27, no se volverá a ver a ningún bailaor.
La danza española tradicional podrá, sin embargo, verse en cine el lunes 26, en que se proyectarán Duende y misterio del flamenco, de Edgard Neville; Danza gitana, dirigida en 1961 por el empresario neoyorquino Sol Hurok; Los tarantos, de Rovira Beleta, y Bodas de sangre, de Carlos Saura y Antonio Gades.
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