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La tensión política condiciona la literatura vasca

Conclusiones del encuentro de Verines entre autores castellanos, catalanes, gallegos y vascos

PEDRO SORELAUna de las dos alegorías que utilizó el escritor vasco Felipe Juaristi para hablar de la literatura vasca hoy fue el cuento del hombre que tenía dos corazones que se enamoraron de dos muchachas distintas y que murió a consecuencia de ello. La otra alegoría fue la de un pájaro que logra nacer, crecer y cantar entre las trincheras de Verdún en la Gran Guerra. De las intervenciones de los escritores vascos en el IV congreso de Verines (Asturias) se deduce que la tensión política vasca condiciona su literatura y la hace transcurrir en parte por vías distintas de las de castellanos, catalanes y gallegos.

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El ensayo enflaquece

'"El hombre que nace con dos corazones está condenado de antemano ', , dijo sobre su alegoría Felipe Juaristi, de 31 años, dos veces premio de la Crítica por Danbora, nostalgia, (Tiempo, nostalgia) e Hiriare melancolía (Melaconfla de la ciudad). También es novelista. Explicó que la literatura euskara se escinde hoy en dos grandes corrientes: la añoranza romántica de una tierra idílica, sin el ideal romántico, y la literatura comprometida, de combate, confundida con la lucha política. No deja de ser sintomático que uno de los libros más significativos de esta corriente, Marginalia, sea de un autor, Joseba Sarrionaindía, hoy buscado por la policía. Por lo demás, existe una corriente menos numerosa, en castellano y euskera, de una literatura no sujeta a la política, que reivindica la plena libertad de creación.Según comentó el narrador Ángel Lertxundi, la presión aludida, que puede llegar a desquiciar al escritor vasco, le ha obligado también a reflexionar sobre su propia figura y actividad, con resultados a su juicio excelentes.

Esa fue una de las conclusiones propuestas por el catedrático Víctor García de la Concha en la jornada de clausura, el viernes, en los encuentros se pudo comprobar una reafirmación de la soberana autonomía de la literatura, y su progresiva desvinculación de la cuestión local o regional, de su supuesta obligación de expresar una identidad nacional.En tertulias aparte -tan importantes o más quelos debates oficiales en un encuentro de este tipo- Vicente Molina Foix y algún otro escritor coincidieron en que las literaturas españolas, incluida la castellana, siguen inevitablemente unidas al casticismo correspondiente. El director del Centro de las Letras Españolas, José María Merino, comprobó que la literatura española se descentraliza y la creación rejuvenece: "Tenemos la suerte de ser plurales, lo que nos debe hacer más ricos y'no más aldeanos y más pobres". Al acto de clausura asistió el rector de Salamanca.

Alergias

Tras cuatro días de debate quedó clara la alergia de los escritores a ser inscritos a tendencias, generaciones, escuelas y se mantuvo un ruido de fondo entre quienes deseaban hablar de problemas más propios de la creación, como los límites de la imaginación, y los inclinados a un lenguaje acádemicista, aficionado a la clasificación, la fecha, la generación y la antología. No se puede decir que hubiera un diálogo fluido en las largas sesiones de debate oficial, si bien la vida social paraleladiscurriera en la mayor cordialidad y capacidad de intercambio. El debate sobre poesía española hoy, a partir de una ponencia de Miguel Galane -en la que entre otras cosas habló de la pérdida de aureola del oficio de poeta- supuso una larga incomunicación. "El espíritu de Beckett planea sobre Verines", ironizó Rafael Argullol poco después. Los debates sobre poesía catalana y vasca, por el contrario, se desarrollaron con mayor nitidez.Portavoces de las literaturas periféricas precisaron algunos rasgos diferenci adores. Basilio Losada propuso que el triunfo de la literatura tiene mucho que ver con la capacidad expresiva marginal de su lengua, y de ahí el peligro de la normalización. Hablaba de Cataluña. El gallego Fermín Bouza indicó que el escritor en gallego es periférico respecto a su propia sociedad, ya periférica. El asturiano Álvaro Ruiz de la Peña informó que en lo quevan de año se han publicado 25 títulos en bable, sobre un total de unos 60 en las librerías, muchos de ellos para jóvenes. El catalán Vicens Villatoro afirmó que escribir hoy en catalán ya no es una causa, sino una opción que puede ser incluso moderada y razonable. El novelista andaluz Justo Navarro negó el supuesto egoismo de escritores en vasco, gallego, bable o incluso catalán, al estar fuertemente arropados por sus autonomías.

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