La crisis económica desluce la X Bienal del Libro de Sâo Paulo

La X Bienal Internacional del Libro de Sao Paulo ha sido clausurada el domingo, después de diez días en los que se ha registrado un promedio de 60.000 visitantes diarios. Los mismos organizadores de la bienal admiten que difícilmente se repetirá la marca registrada en 1986, cuando 650.000 visitantes compraron casi 800.000 libros. La X Bienal reunió editoriales de 23 países, que llevaron 100.000 títulos a lo largo de 26 kilómetros de estanterías armadas dentro del pabellón de la bienal. Entre editores, distribuidores y librerías, 931 expositores se concentraron en esta Bienal.Los organizadores del evento afirman que la muestra de Sao Paulo está entre las cinco más importantes del mundo, después de las ferias de Francfort, en Alemania, y las de Polonia, Estados Unidos y Francia. Sin embargo, hay una diferencia fundamental: las demás ferias tienen un carácter marcadamente empresarial, con grandes acuerdos y contratos entre editoriales de todo el mundo. En Brasil, el objetivo principal es promocionar el libro, con pocos grandes negocios registrados. Y este año ha sido muy difícil cumplir con el objetivo: la crisis económica, sumada a los elevados precios de los libros, hizo que mucha gente no pudiera comprar lo que pretendía. "Pasan, miran, pero no compran", se lamentaba el pasado jueves la vendedora de uno de los principales quioscos de la bienal.

Se calcula que este año se vendió un promedio inferior a un libro por visitante. Además, se dio en Sao Paulo una coincidencia un tanto molesta para sus protagonistas: dos de las estrellas extranjeras han sido el exiliado cubano Guillermo Cabrera Infante y el poeta, también cubano, Roberto Fernández Retamar. Cabrera Infante es uno de los más ácidos críticos de la revolución, mientras que Fernández Retamar dirige la Casa de las Américas, la principal institución cultural del Gobierno de Fidel Castro. Los dos tuvieron homenajes y atenciones, pero no se encontraron en público.

Una encuesta reveló que el quiosco más popular ha sido el de Portugal. Entre los expositores españoles, la gran estrella ha sido la Editorial Siruela.