Guerra sindical contra un impuesto injusto

Con una producción tradicionalmente deficitaria para atender a las necesidades de la cabaña nacional y, sobre todo, con unos rendimiento medios en torno a los 2.000 kilos por hectárea, muy inferiores a los que se obtienen en el resto de la CE, la tasa de corresponsabilidad en los cereales se considera como un impuesto injusto e injustificable de Bruselas, rechazado por todo el sector. En la campaña anterior, como una ayuda para paliar los gastos por las exportaciones a bajo precio de la CE, el pago exigido fue de 0,83 pesetas/kilo. En esta campaña se fijaba un techo de producción para toda la CE de 160 millones de toneladas y una sobretasa de una cuantía similar, caso de que se superase esa cantidad.Simplemente desde la óptica cerealista, sector y Administración coinciden en que es injusto que los medianos agricultores paguen una tasa como castigo por unos excedentes que no generan, cuando sus rendimientos son la mitad de los obtenidos en países vecinos como Francia. Son imposiciones de la CE por reglamento y peso de la mayoría, donde no pudo hacer nada la Administración española, que dio también su aprobación a la misma.

Pero, lo que sorprende en algunos medios agrarios es que la protesta se haga en estas fechas, cuando ya han pasado varios meses desde su fijación. Causa cierta sorpresa igualmente que la cabeza de las protestas por la tasa sea el Duero, donde no está precisamente el mayor núcleo de los grandes agricultores y donde las exenciones son de las más altas.

Por debajo de la guerra de la tasa, los expertos consideran que existe una guerra sindical, ya clásica en el Duero, donde las diferentes siglas se vigilan y toman posiciones de cara a futuras elecciones.

Parece haber intereses para no clarificar definitivamente la polémica del CNJA, que ya dejó claro el congreso de Jóvenes, mientras desde la COAG, organización que tomó la iniciativa de la protesta, se intentarían frenar los avances de nuevas siglas.