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ECOLOGíA

Concluye la reunión de Estocolmo sin acuerdos para frenar los vertidos marinos

Los representantes de los 14 países asistentes al simposio internacional de protección de medio ambiente en los mares del Norte y Báltico, celebrado en Estocolmo, han acordado la puesta en marcha del Instituto Internacional para la Tecnología Ecológica (IET), que coordinará la lucha contra la grave contaminación de estas aguas, entre otros cometidos. La reunión no consiguió, sin embargo, adoptar ninguna medida concreta para forzar a los países ribereños de ambos mares a eliminar los vertidos tóxicos en sus aguas.

Se sabía de antemano que no era nada fácil armonizar medidas concretas por parte de 14 países que en varias oportunidades han mostrado desacuerdos tajantes en el enfoque de la reducción de los desechos de la industria. El más reciente y notorio ha sido el de la negativa reiterada de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, a llegar a acuerdos para la reducción de los productos tóxicos de sus fábricas. De ahí que los esfuerzos de la delegación sueca se centraran en convencer a las representaciones invitadas de la necesidad de coordinar una estrategia común referida tanto a la investigación como a la adopción de medidas concretas.La conferencia ha producido sobre todo progresos en la estructuración de esa estrategia común. Esto es lo que se desprende del comunicado final redactado por la presidencia de la reunión, así como de las declaraciones formuladas al término de la misma por la ministra del Medio Ambiente de Suecia, Birgita Dahl. Según éstas, hubo unanimidad en cuestiones generales como la importancia de incrementar la investigación y los recursos, desarrollar nuevas técnicas de purificación para evitar catástrofes como la que está ocurriendo este verano, en el que miles de focas han muerto en estos mares contaminados.

La ministra Dahl señaló, eso sí, que se intensificarán los contactos entre los distintos países para facilitar la adopción de medidas más rápidas cuando las circunstancias lo requieran.

El nuevo instituto, que será una especie de SIPRI -institución dedicada a la paz mundial- aplicado al campo de la ecología, empezará a funcionar en el otoño, y para su funcionamiento el Gobierno de Suecia, que aportará 25 millones de coronas durante los primeros cinco años, espera que otros Gobiernos contribuyan también. Una junta directiva de alrededor de una docena de investigadores internacionales, además de representantes de la industria y organizaciones vinculadas al medio ambiente, tendrá la responsabilidad de las tareas, que no. se limitarán a los problemas de la contaminación marina, sino que abarcarán todos los aspectos de la ecología, incluidos los riesgos derivados de las nuevas tecnologías genéticas.

Protesta de Greenpeace

Simultáneamente a la finalización del simposio, al que asistieron alrededor de 40 delegados, integrantes de la organización ecologista Greenpeace repartieron octavillas explicativas de la acción llevada a cabo en la fábrica de celulosa de propiedad estatal en la costa suroriental de Suecia. Los activistas de Greenpeace, utilizando buzos, obturaron el túnel por el cual dicha fábrica vierte al mar 30 metros cúbicos por minuto de desechos clorados y dioxinas, cuya toxicidad es conocida.Miembros de Greenpeace fueron recibidos por la dirección de la empresa, que prometió considerar el asunto después de una encendida discusión sobre quién estaba violando la ley, si la empresa con su agresión al mar o Greenpeace con su intento de impedirla.

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