El mildiu amenaza con reducir a la mitad la cosecha de vino español prevista para este año

Las primeras valoraciones, sobre los efectos de la enfermedad del mildiu en las cepas españolas indican que este año se reducirá a la mitad la producción de las comunidades de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Valencia y Murcia. Las consecuencias devastadoras de este hongo en la comunidad manchega limitarán la próxima cosecha a 9,5 millones de hectolitros, según la Consejería de Agricultura, con lo que se pone muy por debajo de la cantidad alcanzada el año pasado, 19,4 millones de hectolitros.

Por el momento se calcula que en Castilla-La Mancha las pérdidas ascienden a 25.000 millones, a estas cifras se unen los 900 millones que parecen haber perdido los agricultores de la comunidad murciana y los 5.000 millones de los castellano-leoneses. En la Comunidad de Valencia se considera que cerca del 90% de la cosecha se ha visto afectada por este mal endémico.Estas cifras han llevado a la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG) a exigir que la región castellana sea declarada zona catastrófica. El presidente de la Asociación Provincial de Viticultores de Ciudad Real, Fernando Villena, reivindica un seguro integral del viñedo, como ya se aplica en La Rioja, que cubra los daños de esta enfermedad.

La lluviosa primavera con la que se ha presentado 1988, por la que se prometía una cosecha abundante, ha hecho que el mildiu se desarrollara en tierras secas, en las que no es frecuente combatir esta enfermedad. De hecho, la última vez que este hongo atacó al viñedo de Castilla-La Mancha fue en 1971, de modo que no han servido de nada las medidas preventivas a las que estaban acostumbrados los agricultores de la región.

La tormenta que a mediados del pasado mes de julio provocó 400 millones en pérdidas para los agricultores de Tordesillas y La Seca, según cálculos de la Consejería de Agricultura de la Comunidad de Castilla y León, fue la que convirtió a este mal endémico en enfermedad descontrolada para los agricultores de la zona, más acostumbrados a tratamientos preventivos que a los curativos. Precisamente la experiencia ha hecho que en La Rioja esta enfermedad sólo haya afectado al 5% de la producción, según fuentes del consejo regulador de la zona.

Tratamientos caros

Las empresas químicas de La Rioja han multiplicado por cuatro sus pedidos de productos fitosanitarios en los dos últimos meses, según indican distribuidores de la zona. Fuentes del consejo regulador riojano entienden que este tipo de productos, de eficacia demostrada, puede elevar los costes de manera desorbitada para ciertos agricultores y aumentar el precio del kilo de uva en 18 pesetas. Según sus cálculos, cada tratamiento gira en torno a las 4.000 pesetas por hectárea, y hay viñedos en los que se ha tenido que aplicar una decena de veces.En esta Comunidad autónoma se considera más temible la podredumbre gris, consecuencia de un clima excesivamente húmedo, que pudiera surgir ante una nueva oleada de lluvias.

Para ello, el Gobierno de La Rioja ha iniciado una campaña de prevención, por la que los agricultores afectados por las últimas tormentas podrán recibir de forma gratuita los productos fitosanitarios que se necesiten.

Consecuencias comerciales

El Instituto Nacional de Denominación de Origen (INDO) considera que la cosecha de 1988 no sólo se va a ver afectada en cuanto a la cantidad, sino también en la calidad de los caldos. Los más afectados en este sentido son los vinos con denominación de origen como Valdepeñas, Almansa, Méntrida y Almanzuela (manchegos), Jumilla (en Murcia), Requena (de Valencia), el de la Ribera del Duero y el de Rueda (de Castilla y León).Las primeras consideraciones comerciales de la Unión de Bodegas Cooperativas corroboran esa previsible deficiencia en las calidades, "conjuntamente con el incremento entre un 9%-10% de los precios instítucionales", lo que podría provocar "una sensible elevación de los precios".