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Shultz pide en Argentina apoyo a la política de EE UU en América Central

El secretario de Estado del Gobierno norteamericano, George Shultz, llegó ayer a Buenos Aires, segunda escala de su actual gira latinoamericana. La necesidad de colaborar en la lucha contra el narcotráfico, explicar la posición de Estados Unidos en Centroamérica y apoyar la transición democrática en Argentina son los tres temas públicos de su agenda. Shultz deberá también escuchar las peticiones argentinas de que se comprenda el drama económico del país.

La gira de Shultz es casi una despedida de los "países amigos de Latinoamérica", como los llama. Se inició en Guatemala y se prolongará en Uruguay, Brasil, Bolivia, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Ecuador, donde el 10 de agosto asistirá a la toma de posesión de Rodrigo Borja como jefe de Estado.La primera etapa de su viaje -la reunión con los cancilleres de Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica- acabó en fracaso, pese a la firma de un comunicado conjunto en el que se reafirmó el compromiso con "la pacificación y democratización- de Centroamérica.

Shultz no logró que los cancilleres aprobaran una resolución que proclamaba el derecho de los Gobiernos a "actuar solos o juntos en defensa de la seguridad de la zona". La propuesta fue considerada un "intento de acorrarlar" a Nicaragua. Honduras acusó a Guatemala y Costa Rica de "desviarse del acuerdo alcanzado con EE UU".

El diario The New York Times había adelantado ya en su edición dominical que la iniciativa de la Administración de Ronald Reagan equivalía prácticamente "a una declaración de guerra al Gobierno de Managua".

En Buenos Aires, el secretario de Estado norteamericano tampoco se encontrará con tantos amigos como supone. El Gobierno radical exige una colaboración amplia y urgente para mejorar la economía antes de las próximas elecciones generales. Es probable que, en ese sentido, Shultz confirme el préstamo de unos 500 millones de dólares hasta que comiencen a girarse las cuotas del crédito-puente aprobado el viernes pasado por el Fondo Monetario Internacional.

Ronda de entrevistas

La agenda de Shultz incluye, además de la ronda de entrevistas con el presidente, Raúl Alfonsín, y el ministro de Economía, Juan Sourrouille, dos encuentros privados con el canciller, Dante Caputo. Un punto en discusión será la forma de desbloquear la venta de armas de EE UU a Argentina, que se congeló a partir de la guerra de las Malvinas. El Gobierno argentino estudia la posibilidad de declarar el "cese de hostilidades" como gesto de buena voluntad.

Shultz es el primer secretario de Estado norteamericano que visita el país desde que Alexander Haig participó activamente como mediador antes de que estallase la guerra que Argentina y el Reino Unido sostuvieron por la soberanía sobre las islas Malvinas, en abril de 1982.

Los partidos con representación parlamentaria no se han pronunciado contra la visita de Shultz, que recibirá en su hotel a cada uno de los candidatos presidenciales. Las juventudes políticas de todos los partidos convocaron a una conferencia de prensa para criticar la "ofÍensiva" de EE UU. El general Carl Vuono, que estuvo hace una semana en Buenos Aires invitado por el general José Caridi, jefe del Ejército de Tierra, y ahora George Shultz, son señalados como símbolos del "nuevo avance imperialista". La juventud peronista y los partidos de izquierda organizaron a su vez marchas de repudio a la visita. Miembros del partido comunista pasearon el lunes a dos cochinillos, que llevaban pintados el nombre de Shultz y banderas británicas y norteamericanas en las orejas, por el centro de Buenos Aires.

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