El precio de la sanidad privada
El esquematismo de ciertos argumentos políticos conservadores hace que éstos puedan ser puestos en evidencia muy a menudo. Así, la eterna dialéctica entre la sanidad pública y la sanidad privada, aparentemente siempre favorable a la privada, se ve afectada en esa tendencia ante hechos como el que me ha motivado a dirigirme a su diario.Según las informaciones aparecidas en la prensa recientemente, el Hospital General de Catalunya ha generado en cinco años un escalofriante déficit de 8.000 millones de pesetas. Al parecer la gestión privada en sanidad no es la panacea de todos los males. El fracaso en la ocupación de camas y el endeudamiento financiero progresivo ha conducido al centro a una insostenible situación que ha obligado a buscar nuevas fórmulas de financiación. ¿Quién pagará finalmente ese déficit? Mucho me temo que al final seremos todos, a través de nuestros presupuestos, los que tengamos que sufragar las incompetencias del que, en teoría, es el más competente: el sector privado. Por todo ello creo que hay que buscar nuevas fórmulas que mejoren la sanidad del país pero indudablemente creo que éstas pasan inexorablemente por la mejora y potenciación de la sanidad pública la cual es, en definitiva, la de todos.
Reiteradamente se ha demostrado que la iniciativa privada no es sinónimo de eficiencia, más bien al contrario, es la pública la que finalmente tiene que acarrear con sus defectos. Creo que estos planteamientos son motivos sobrados para la reflexión. Espero que así lo entienda el nuevo conseller de Sanidad, señor Trías, mucho más en cuanto que ha de aprender la lección de la fallida operación del Hospital General de Catalunya, operación dirigida por sectores muy próximos a las órbitas de su partido.-
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