'Perestroika' y sueños de juventud
ENVIADO ESPECIAL, La ya habitual denuncia de la dictadura estalinista que alimentan los guiones de la perestroika -El frío verano del 53 - y dos cantos a los sueños y amistades de la juventud, -Géminis, estrellas gemelas y La tentación - protagonizaron el ecuador de la sección oficial del Festival de Cine de Gijón. La filosofía programativa de este festival se define también en varios ciclos paralelos.
Los ciclos paralelos se dedican al cine de terror, al musical, al cine vasco, a Johnathan Demme, a la productora independiente Hemdale (Hoosiers, Platoon, Salvador), así como a la televisión y a la Prensa, y a Chanticleer, productora auspiciada por la Columbia que promueve mediometrajes que posibiliten nuevos autores.El frío verano del 53, realizado por Alexander Proskin en el año 1987, narra la llegada a una tranquila localidad de unos delincuentes comunes que se beneficiaron de la amnistía promulgada por Beria a la muerte de Stalin. únicamente dos antiguos disidentes se enfrentarán a ellos y los aniquilarán, mientras el mensaje político alimenta los diálogos. Crítica al pasado político, violencia cercana al western y cierto erotismo son los ingredientes que aporta Proskin, que cuenta con anteriores trabajos televisivos.
Muy lejano a Guerman, e incluso al joven Yuri Kara, el director soviético se apoya más en el mensaje que en el lenguaje fílmico, donde su corrección, alejada de brillantez, se beneficia de la buena composición de los actores participantes.
Viaje
Géminis, estrellas gemelas, del suizo Jacques Sandoz, director, productor y copartícipe en el guión, realizada en el presente año y con una duración próxima a las dos horas, que se hacen notar, nos ofrece un viaje desde Nueva York hasta las islas griegas, pasando por las paradisiacas montañas suizas, que con intención de thriller romántico narra una historia de amistad entre dos jóvenes, acercándose a la mitología griega en su desenlace trágico y ensoñador.La tentación (1988), del austriaco Pieter Berner, presentada fuera de concurso en esta sección oficial con presencia mayoritaria del cine europeo, centra su acción en 1961. Berner, que proviene del medio televisivo, se basa en sus recuerdos de juventud, presentándonos los avatares adolescentes de un joven obsesionado con poder ir a Saint Tropez y acercarse a Brigitte Bardot. Su desarrollo vital cotidiano, con guiños a la nueva ola francesa, y con algunos apuntes sobre la época, está subrayada por la música del líder de la Vienna Art Orchestra, Mathias Rüegg.
Las tres películas presentadas hasta el momento en la sección oficial del festival gijonés comparten la credibilidad que ofrecen sus actores y utilizan en sus argumentos realidades más o menos cercanas de las sociedades a las que pertenecen.
Babelia
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