Una distinta configuración de las fuerzas
La configuración de las fuerzas nucleares estratégicas es harto diferente en Estados Unidos y en la URSS, aunque ambos tengan un número relativamente equivalente de cabezas atómicas (13.873 para EE UU y 11.044 para la URSS, según datos del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres). De ahí que al negociar la reducción también se planteen diferencias profundas.
Estados Unidos tiene un 48% de sus armas estratégicas en submarinos, un 16% en tierra y un 36% en bombarderos, en contraste con la URSS, que posee un 59% de sus bombas nucleares en misiles en tierra, un 30% en el mar y un 11% en bombarderos.
La fortaleza de las patas de la triada son, pues, diferentes en cada país. La discusión en las START se basa en la configuración de estas patas para el futuro y con qué tipos de cohetes, y de ahí que la negociación verse ahora sobre los llamados sublímites dentro de los techos globales para estas armas (ver recuadro arriba).
Estados Unidos señala que las reducciones en sí mismas no garantizan una mayor seguridad. Pretende concentrarse en aquellas armas que pueden sobrevivir a un primer ataque enemigo, es decir, en las basadas fundamentalmente en el mar, en vez de en tierra. Al mismo tiempo, parece cada vez más encaminado a dotarse de armas, como los misiles de crucero, que en principio no sirven para un primer ataque contra fuerzas nucleares enemigas, por lo que, al ser armas de represalia, según EE UU resultan más "estabilizadores", afirmación disputada por la URSS.
La postura negociadora de EE UU ha venido chocando con los intereses de la URSS, que tiene sus fuerzas concentradas en tierra, íncluidos misiles pesados, los más inestables, según Washington, pues en caso de guerra serían los primeros que habría que suprimir, lo que implicaría un ataque preventivo. No obstante, Gorbachov ha indicado, al parecer, a Reagan su objetivo de que ninguna de las partes sea capaz de destruir en un primer ataque las fuerzas de represalias de la otra, y ha aceptado reducir en un 50% los cohetes más pesados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.