El Papa condena en Bolivia el tráfico y comercialización de la coca, pero no su producción

Juan Pablo II concluyó anoche su larga gira por Bolivia, donde dejó al Gobierno tambaleándose y abordó, por fin, el tema de la droga, con una dura condena de la "comercialización" ' pero no a la "producción" de la mítica planta de coca. El resto del viaje se va cargando de tensión política tanto en Perú, adonde el Papa llegará hoy, como en Paraguay, en donde aterrizará el lunes para cumplir completo un programa inicialmente recortado por el Gobierno de general Alfredo Stroessner.

En Bolivia, tanto la Iglesia como el Papa han sido hasta el último momento muy firmes en la condena de la dramática situación económica por la que atraviesa el país, poniendo en aprietos al Gobierno, que ha dado a entender que estaría dispuesto, tras este viaje, a abordar una nueva reforma agraria.Por lo que se refiere al delicado problema de la droga, Karol Wojtyla lo abordó en una clave que ha creado gran desilusión en los ambientes norteamericanos, al referirse sólo al comercio y al tráfico de la misma y no a la producción de la planta de coca. "El comercio de la droga se ha convertido", dijo Juan Pablo II, "en un auténtico tráfico que conduce a la más terrible forma de esclavitud y siembra corrupción y muerte", insistió el Papa, añadiendo que lo más importante y urgente por ahora es "combatir el tráfico, por tratarse de una actividad a todas luces infame".

Por lo demás, añadió, será necesario 'discernir las causas y raíces profundas de este fenómeno para poder definir las líneas de acción más eficaces". Antes, Juan Pablo II había podido leer en los periódicos que los campesinos indios productores de hojas de coca amenazan con defender "hasta con las armas" sus plantaciones si se les obliga a arrancarlas por la fuerza.

Paraguay

En Paraguay, el conflicto surgido cuando el Gobierno prohibió una reunión masiva del Papa con un grupo de dirigentes opositores en el Palacio de Deportes de Asunción fue resuelto ayer tras una reunión mantenida en la capital por el nuncio apostólico, representantes del Gobierno del Paraguay y de la Conferencia Episcopal. "Durante la misma" según informó el portavoz vaticano Joaquín Navarro Valls, "se tomó conciencia de que había habido alguna dificultad que ha sido ya superada". Navarro comunicó que, por tanto, "la visita pastoral del Santo Padre al Paraguay se desarrollará tal y como estaba inicialmente prevista; una visita tan vivamente anhelada por el pueblo paraguayo y cuyos frutos de todos los órdenes son deseados por todos".Según medios allegados a la comitiva papal, Stroessner mandó un telex al Papa dando las gracias por el "tono suave" del comunicado del Vaticano del jueves en el que se refería a la prohibición del acto. En su respuesta, el Vaticano le recordó la gravedad del hecho que no había ocurrido nunca, ni siquiera en los países no católicos visitados por el Papa, y que podía provocar una mala imagen al pueblo paraguayo, lo que fue interpretado como un verdadero ultimátum de la diplomacia vaticana a Stroessner.

Mientras tanto, también en Perú se están llevando a cabo en cadena acciones terroristas de diverso tipo en vísperas de la llegada del Papa. Y así, mientras Juan Pablo II insiste en que sus viajes son exclusivamente pastorales, al final acaban coloreándose con fuertes tonos políticos.