_
_
_
_

Ardorosa defensa del Papa de la actividad sindical ante campesinos uruguayos

Juan Arias

, Una multitud de peregrinos brasileños se unió ayer a los miles de uruguayos que esperaban al papa Juan Pablo II en Melo. En aquella ciudad fronteriza con Brasil, fundada por el capitán español Agustín de la Rosa en 1795, Juan Pablo II inició su recorrido por la tierra uruguaya, primera fase de su viaje por cuatro naciones latinoamericanas, el noveno que realiza a esta región en su pontificado. Ante los campesinos de Melo, el Papa hizo una gran defensa de la actividad sindical, que, dijo, "no sólo es justa, sino que contribuye a lograr la armonía social".

Más información
El desmayo de una niña

Probablemente con el corazón puesto en Polonia, el papa Wojtyla dijo que "merecen incondicionalmente apoyo y aliento todos aquellos que con abnegación y sacrificio dedican sus esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores". Sin embargo, el Papa insistió en que los sindicalistas deben tener en cuenta "las limitaciones que impone la situación general del país" y que la lucha sindical "no es una lucha contra los demás".Ya desde el principio del viaje, el papa Wojtyla ha insistido en la necesidad para la Iglesia de este continente de no dejarse contagiar por la ideología marxista. Ayer a los campesinos de Melo les dijo que "la Iglesia no puede dejarse arrebatar por ninguna ideología o corriente política la bandera de la justicia".

Y añadió que al mismo tiempo "ninguna ideología puede abrogarse el monopolio de las soluciones a los problemas del trabajo". Ni siquiera la Iglesia, ya que "nadie tiene el derecho", dijo, "de definir como católica su solución, puesto que los principios enseñados por la Iglesia admiten pluralidad de aplicaciones prácticas".

En Uruguay, donde el incremento de la natalidad es de los más bajos de América Latina, Juan Pablo II está insistiendo en que las familias, para ser fieles a Dios, deben aceptar "todos los hijos que vengan, y estar para ello dispuestas a aceptar los sacrificios consiguientes". Aquí, donde la ley del divorcio es muy abierta, Juan Pablo Il gritó que "la fidelidad matrimonial no ha pasado de moda" en el mundo y pidió que las leyes civiles se adapten y no pongan obstáculos ni a la procreación ni a la fidelidad de los esposos.

"En vuestro país", dijo el Papa, "la institución del matrimonio sufre desde hace años la plaga del divorcio y se ha debilitado el sentido de la perpetuidad del compromiso conyugal".

El presidente, Julio María Sanguinetti, dio la bienvenida al Papa con gran deferencia, asegurándole que tanto el Gobierno como las instituciones de la República le recibían "con júbilo y alegría", mientras que el pueblo lo hacía "más allá de creencias, más allá de diferencias, más allá de ideas, más allá de discusiones". Sanguinetti destacó que en Uruguay está desapareciendo el viejo laicismo anticlerical y que ya a partir de la primera visita del Papa a esta nación, en marzo del año pasado, "un espíritu de tolerancia religiosa ha ido ganando al país, penetrando los espíritus", y todo ello ha sido, concluyó Sanguinetti, "un motivo de reflexión, necesario, oportuno y fecundo".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_