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Ramón Gómez de la Serna entre dos efemérides

Discreto centenario para uno de los autores más originales de la literatura española

No puede decirse que la figura de Ramón Gómez de la Serna, la más original sin duda de toda la historia de la literatura española, goce de excesiva buena salud. El pasado mes de enero se cumplieron los 25 años de su muerte, y el próximo mes de julio se cumplirá el primer centenario de su nacimiento. El eco suscitado por estas efemérides ha sido hasta el momento muy discreto, por no decir mínimo, lo que resulta bastante extraño en estos tiempos de tanto centenario artificial, de tanto revival insignificante o de tanta y tanta recuperación de un día. Y sin embargo algunas publicaciones recientes de evidente interés ponen una y otra vez el tema sobre la mesa.

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Un militante desconocido

Una nueva biografía de Ramón, de Mariano Tudela, la primera reedición de uno de sus libros -El libro mudo, de 19 10- y un número especial a él dedicado de la Revista de Occidente son, dejando aparte artículos periodísticos, las más importantes entre las recientes publicaciones consagradas a Gómez de la Serna. Cronológicamente, la primera ha sido la de la reedición de El libro mudo, posibilitada por el trabajo de Ioanna Zlotescu y publicada por el Fondo de Cultura Económica. Esta curiosa reedición posee un evidente interés, está hecha con cuidado y contiene claves fundamentales y poco conocidas de la obra de Ramón.En primer lugar, rompe con las malas costumbres que se observan en este tipo de fenómenos. En efecto, lo normal suele ser, en toda conmemoración que se precie, cubrir de palabras ajenas las del escritor conmemorado. Se organizan conferencias, mesas redondas, coloquios y debates de todo tipo, y se vierten toneladas de palabras sobre la figura y obra del homenajeado; pero su propia voz se suele reducir al mínimo. En un país que además carece de mínimas ediciones completas de sus grandes escritores, nuestro pasado está sujeto a tantas manipulaciones que al final el presente resulta más artificial que nunca.

El libro mudo, además, es una de las obras fundamentales de su etapa menos conocida, la inicial, mal tratada por la crítica, bastante inencontrable en librerías, y hasta preterida por el propio Ramón en su madurez. Suele decirse que Gómez de la Serna es un escritor bastante desconocido, que sus libros no se leen y que resulta ser poco rentable editorialmente. Acaso sea así, y hasta el propio escritor contribuyó a ello -pues presumía desde el principio de no vender sus libros y de regalarlos a los desconocidos-, pero resulta bastante dificil de creer, ya que Ramón publicó en vida más de 150 títulos, y no suelen pasar uno o dos años sin que se reedite alguno de ellos, aunque desgraciadamente con lagunas editoriales irniportantes. Recuerdo en los últimos tiempos las ediciones de Carolyn Richmond de La quinta de Palmyra (Espasa) y El secreto dil acueducto (Cátedra), la recuperación de Nigel Dermis de Paris (Pretextos) 3, los dos lujosos Pombo en Trieste, aparte de este El libro mudo citado.

Sorpresa fascinante

Este lábro es una sorpresa fascinante. Ramón empezó a publicar en 1905, cuando tenía 16 años. El libro mudo es el octavo, de los suyos, y apareció cinco años después en la revista Prometeo, que él mismo editaba, dirigía y escribía, con la ayuda financiera de su padre. Es una especie: de diario entre lírico y narrativo que Ramón escribió en París, huyendo de una España que no le había tratado, demasiado bien en sus principios. Se trata de un largo ensayo penetrado de autobiografía iniaginada (Ioanna Zlotescu lo explica bien en su larga introducción), lírico y narrativo, pero que rompe con las normas del firismo y la narración, una reflexión sobre la identidad, el arte y el arnor o la palabra creadora, donde todo se apunta., desde el psicoanálisis hasta el surrealismo, desde el fracaso hasta la necesidad de la escritura, con descripciones sencillas y profundas sobre la carne, el sexo, la muerte y la literatura. Juan Ramón Jiménez, Silverio Lanza y Tristán -un seudónimo de Runón mismo- avalan este libro singular, donde- ya apunta la greguería y se anuncian muchos de los temas de la obra posterior del escritor.

El número especial de Revista de Occidente del pasado mes de enero incluye trabajos de Nigel Dennis -que recupiera cinco cartasi inéditas-, Rosa Chacel, Ignacio Soldevila -que plantea el terna tabú del compromiso del escritor-, Carolyn Richmond,

Francisco Yridurain e Ioanna Zlotescu. Y por último acaba de aparecer en librerías una nueva biografía del escritor, original de Mariano Tudela y publicada por una nueva editorial madrileña, Hathor, Ramón Gómez de la Serna, vida y gloria, que merece un comentario aparte. De Ramón Gómez de la Ser

na se habla mucho, pero se habla

más de lo que se escribe, y al pa

recer se escribe más de lo que se

le lee. En realidad sólo existen

cuatro libros muy dispares sobre

la figura y obra del escritor: dos

de ellos, biograflas -de Gaspar

Gómez de la Serna, sobrino del

escritor, y de Luis S. GraríJel-;

otro, una especie de bibliografía

comentada de José Camón Az

nar, y u 1 n penetrante y personal

estudio de conjunto de FranciscoUmbral, Ramón y las vanguardias (Espasa), que me parece el más fértil. Y también habría que citar, por su erudición, los gigantescos prólogos de Carolyn Richmond a las dos ediciones citadas anteriormente, que por su longitud superan la de un libro normal.La biografía de Mariano Tudela se alinea más al lado de los libros de Gaspar Gómez de la Serna y Luis S. Granjel. Es una biografía completa, pero también una hagiografía al viejo estilo. De todas formas, recopila materiales y los organiza, aunque no descubra datos nuevos. Pero la obra de Ramón es algo tan aplastante y radical, pese a sus oscilaciones y contradicciones, algo tan revelador, que todavía queda mucho por decir, y sus iluminaciones no han hecho más que empezar.

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