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La 'contra' rechaza la propuesta de paz presentada por el Gobierno sandinista

Las negociaciones de paz en Nicaragua sufrieron anoche un grave retroceso y no se descarta que el encuentro al más alto nivel que celebran en Managua el Gobierno sandinista y los dirigentes de la contra pueda concluir en una ruptura. El líder de la Resistencia Niontragüense (RN), Adolfo Calero, afirmó ayer que una propuesta presentada por el ministro de Defensa y jefe de la delegación sandinista, general flumberto Ortega, "retrocede el proceso de negociación al mes de diciembre", cuando se iniciaron los primeros contactos indirectos entre las dos partes.

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"La letra y el espíritu del proyecto hacen caso omiso a la deinocratización que conlleva el proceso de paz salta etapas imprescindibles y casi soslaya la negociación como medio para llegar a esa paz", dijo Calero.El dirigente de la RN afirmó que, en cualquier caso, la delegación rebelde está dispuesta a continuar negociando con los sandinistas "en busca de una paz en libertad para Nicaragua". Horas antes de que la cúpula de los insurgentes anunciara su oposición a la propuesta del Gobierno de Managua, él general. Ortega había informado a la Prensa de que la delegación que él preside había presentado a la otra parte una proIpuesta que "plantea todo un proceso integral desde Sapoá hasta la ejecución final para concertar el cese del fuego definitivo".

El ministro dijo que en esa oferta se habían recogido de manera constitutiva todos los distintos aspectos para posibilitar un arreglo y concretar un acuerdo en aquellos puntos donde las conversaciones se encuentran todavía estancadas, en particular todo lo relativo al sistema de abastecimiento y seguridad de la contra en los enclaves donde debe ser ubicada durante el período de 60 días de la tregua que rige desde el pasado día 1.

Críticas de César

El dirigente rebelde Alfredo César explicó que la propuesta sandinista liga la cuestión del sistema de abastecimiento y seguridad de la contra en los enclaves con el cese definitivo de las hostilidades y condiciona de esta manera el suministro de ayuda humanitaria hasta la consecución del cese del fuego definitivo, en violación, según César, de lo firmado en Sapoá.

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El dirigente de R.N subrayó, sin embargo, que es prematura hablar en estos momentos de reanudar la guerra como si hubieran ya fracasado las actuales negociaciones. Las dos delegaciones tenían previsto volver a la mesa negociadora a media tarde del domingo, hora nicaragüense (madrugada de hoy en España), con el fin de discutir las posibilidades de acercar las dos líneas que parecen ahora peligrosa y frontalmente muy alejadas.

El problema, según César, reside en que existe mucha desconfianza mutua entre las dos partes y cualquier avance logrado debe ser acompañado por una garantía. Uno de los elementos de esa desconfianza es, por ejemplo, la misteriosa ausencia en el encuentro de Managua de dos de los principales jefes militares de la contra que intervinieron prácticamente en casi todas las reuniones de Sapoá, los comandantes Toño y Fernando. Su salida de la comisión negociadora puede interpretarse como una división en el seno de la cúpula rebelde, a pesar de los desmentidos de la contra. El propio César ha confirmado que el principal jefe militar de las fuerzas insurgentes, el coronel Enrique Bermúdez, no está totalmente de acuerdo con el documento suscrito en Sapoá. "Sapoá ha sido un terremoto político para todos", declaró el líder contra.

El pasado sábado, un millar de personas se reunió frente a la Embajada de EE UU en Managua para protestar por los intentos de la Administración de Reagan de obstaculizar el proceso de paz.

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