Júbilo en Nicaragua tras el acuerdo de Sapoá
BOSCO ESTERUELAS ENVIADO ESPECIAL, Los nicaragüenses respiran una atmósfera de júbilo y optimismo tras la firma, el miércoles por la noche (madrugada del jueves en España), en Sapoá, del acuerdo de paz entre el Gobierno sandinista y la contra. Sin embargo, pese a que tanto el Gobierno como las fuerzas políticas de oposición y la población sueñan ya con la reconciliación nacional, la sombra de Washington cae sobre Managua, y se teme que el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, corte las ilusiones de este pueblo hundido por una guerra de casi ocho años y más de 50.000 muertos.
El llamamiento que hizo en Sapoá el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, para que la Administración de Reagan respalde el, acuerdo, y la invitación que el dirigente sandinista lanzó en favor de la normalización de relaciones bilaterales han caído por el momento en saco roto. Ortega dijo ayer a los cuadros dirigentes del Frente Sandinista que los acuerdos de Sapoá no ponen en cuestión los fundamentos y transformaciones del proceso revolucionario. El Frente Sandinista, en un comunicado, "exigió" al presidente de los Estados Unidos y a los partidos Demócrata y Repúblicano el cese todo tipo de ayuda "abierta o encubierta" a la contra y la retirada de las tropas norteamericanas desplazadas a Honduras.El vicepresidente nicaragüense, Sergio Ramírez, denunció en México, al término de una visita oficial, a Estados Unidos por sus intentos de socavar el acuerdo de Sapoá. "Discutir ahora en el Congreso iniciativas que vayan contra lo acordado sería sumamente irracional", declaró Ramírez.
El viceministro de Asuntos Exteriores, Víctor Hugo Tinoco, que participó activamente en la redacción final del documento de Sapoá, ha calificado de "preocupante" la fría reacción de la Casa Blanca. En su opinión, Reagan pretende utilizar las diferencias que existirían en el seno de la contra para hacer fracasar el cumplimiento del acuerdo. "La reacción de Washington es casi infantil, ya que ha empezado a decir que eso no se puede cumplir cuando la contrarrevolución misma no ha dicho nada", declaró Tinoco.
El alto funcionario nicaragüense agregó que si la Administración norteamericana quiere seguir con su actual política de guerra "tendrá que buscarse a otros que reemplacen a Adolfo Calero o Alfredo César" (los dos principales dirigentes de la contra).
Según las autoridades sandinistas, cualquier acción norteamericana que se tome al margen de lo acordado entre el Gobierno de Managua y la contra puede torpedear el proceso de pacificación. La iniciativa de un grupo de congresistas demócratas norteamericanos de pedir la entrega de 48 millones de dólares (unos 5.500 millones de pesetas) en ayuda humanitaria a los rebeldes nicaragüenses es una interferencia al acuerdo alcanzado el miércoles en Sapoá, señalan fuentes oficiales en Nicaragua.
La primera de las medidas resultantes de Sapoá se realizará el próximo domingo con la puesta en libertad de un centenar de presos políticos. La excarcelación será el inicio de una fase gradual de amnistía general que alcanzará también, una vez que se establezca definitivamente el alto el fuego, a los guardias somocistas. La salida de éstos, junto a un 50% de presos condena dos por delitos cometidos después de la revolución, será en realidad el punto más delicado de todo este proceso de perdón y se efectuará bajo la supervisión de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Anteriormente, otro 50% de contras se beneficiará de la amnistía, tan pronto se verifique que las fuerzas rebeldes han sido colocadas en zonas geográficas que deberán ser acordadas el próximo lunes en Sapoá por representantes sandinistas e insurgentes, para lo cual se establece un plazo hasta el próximo 15 de abril.
Entre tanto, siguen sin registrarse enfrentamientos bélicos desde hace más de 72 horas.
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