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La pesca canaria agota su paciencia

Las conversaciones con Marruecos deben reanudarse hoy

Los armadores, empresarios y autoridades autonómicas de Canarias han perdido la paciencia al prolongarse más de lo previsto el amarre de la flota pesquera (unos 230 arrastreros, artesanales y sardinales) de los puertos de las islas, a raíz de la prohibición de Marruecos a la presencia de barcos europeos en sus caladeros. Esta medida, adoptada por el Gobierno de Hassan el pasado 31 de diciembre, tras la ruptura de negociaciones con la Comunidad Europea (CE), comienza a intranquilizar a los sectores afectados en el archipiélago. La demora en la reanudación de las conversaciones, hasta hoy lunes, se hace larga.

Los propietarios de los barcos anuncian el retorno a los caladeros a pesar de no disponer de licencias. Entre tanto, el Gobierno autónomo acusa a la Administración central de no presionar con autoridad. De otra parte, los trabajadores del mar consideran insuficientes las ayudas concedidas por Madrid y Bruselas para paliar el paro de las embarcaciones. La entrevista celebrada a mediados de semana entre representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores y los armadores no ha servido para calmar el nerviosismo de éstos, que temen que la negociación del acuerdo pesquero sea utilizada por dicho país africano para asestar un duro golpe a la pesca en Canarias. Este importante renglón de la economía insular da trabajo, directa e indirectamente, a 7.000 personas y mueve un capital anual de cerca de 35.000 millones de pesetas.Marruecos redujo en un 40% el cupo de licencias de pesca en el último convenio firmado con España en 1983. "Nosotros no vamos a permitir que se repita la historia. A las autoridades españolas les hemos dicho bien claro que si amarrábamos la flota era para conseguir un buen acuerdo, o sea, luz verde para todos nuestros barcos, cuyo registro bruto anual no puede quedar por debajo de las 36.800 toneladas anuales; de lo contrario, entraríamos en una grave crisis y utilizaríamos todas las armas para evitarlo", señaló José Ramón Fontán, director-gerente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Congeladores de Cefalópodos (ANACEF), que posee una flota de 147 barcos arrastreros.

En su opinión, la CE no está empleando todos los medios para obligar a Marruecos a ceder en sus pretensiones. El portavoz de ANACEF entiende que el .grupo de los doce" podría amenazar al Gobierno alahuí con suspender las compras de su pescado (el 90%. de las capturas de la flota marroquí lo adquiere la Europa comunitaria), suprimir los beneficios que le conceden como "país tercero" o impedir que los barcos de dicha bandera utilicen los puertos de Canarias y del Viejo Continente.

Sin embargo, la principal afectada en este contencioso es la flota artesanal y sardinal de las islas (unas 80 unidades), de capital netamente canario. Para sus armadores, el conflicto es una cuestión de vida o muerte. La economía de Lanzarote, una de las principales bases de la misma, depende exclusivamente de la pesca y el turismo.

Un desastre

Unos 3.200 naturales de la isla están ligados a la industria pesquera. "Es un desastre. No podemos soportar más tiempo este compás de espera. En Madrid no nos hablan claro, y mucho nos tememos que algo gordo se nos está ocultando. Para nosotros el acuerdo es vital, porque nuestros barcos sólo pueden faenar dentro de las 12 millas", indica Domingo Delgado, secretario general de la Cofradía de Pescadores de San Ginés, de Lanzarote.La Confederación Canaria de Empresarios (CCE) comparte la preocupación que reina entre los armadores. Su presidente, José Suárez Mejía, opina que "España tiene que sacar los dientes a Marruecos". Una eventual crisis en el sector pesquero tendría repercusiones fatales para la patronal de las islas, toda vez que la flota canaria deja 10.000 millones de pesetas en empresas encargadas de suministro y reparaciones, así como en la hostelería. El Gobierno autónomo, de centro-derecha y nacionalista, que preside Fernando Fernández (CDS), comparte esta misma inquietud. En su último consejo instó al Gobierno de Madrid a que presionara con dureza a la CE para evitar que el acuerdo con Marruecos representara un quebranto para la flota canaria. El consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, Antonio Castro Cordobés, se quejó recientemente del hermetismo de Madrid, atribuyendo dicha circunstancia a la posibilidad de que no se estén negociando únicamente cuestiones de pesca, sino un "plan global con Marruecos", en el que este país pretendería incluir el reconocimiento de la CE de su pretendida soberanía sobre las aguas del Sáhara occidental. Fernando Fernández recibió en Estrasburgo, el pasado jueves, la promesa de las autoridades comunitarias de que la pesca canaria no sería hipotecada en el futuro tratado bilateral.

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