Feliz noticia
Leo en su periódico la feliz noticia de la restitución de una niña adoptada por los asesinos de sus padres, en el marco de la dictadura militar argentina, a su legítima familia. Cabe una reflexión, como argentino residente en España desde hace ya 12 años.No contaré mis circunstancias personales, pero aún me duele el daño irreparable, la pérdida absurda y bestial de seres queridos, la injusticia legal, la despreocupación política que hace que los torturados familiares recorran un calvario para saber sobre sus deudos, descendientes, o cuando menos dónde está la tumba de padres, hijos y hermanos para llevar el rencor a marchitarse junto a una flor.
Admirable tesón de esas abuelas, premiado por el reencuentro, y deleznable actitud gubernativa, que con varios años ,de poder efectivo no ha puesto una sola investigación seria para conocer el destino final de miles de desaparecidos. No es pedir ya que se juzgue a los culpables, pues creo que estamos afónicos de hacerlo, pero al menos que se sepa y se restituya lo que quede de ellos. Pervive la tortura en el desconocimiento, y continúan las desapariciones cada vez que un niño es devuelto a su auténtica familia, porque renace la duda, la incertidumbre, el dolor.
Incierto futuro nos depara, cuando esos hijos nacidos en la represión, adoptados por monstruos de cristianos sentimientos y descubiertos por sus abuelos irrumpan en la vida pública exigiendo la justicia que ahora se les niega. Dijo Ernesto Sábato "Nunca más..." en un informe oficial que le honra. Pero no será acaso "nunca más preguntes, nunca más indagará nadie, nunca más tendremos noticias, nunca más volveremos a preocuparnos por conocer las respuestas". Creo que la posición del Gobierno se acerca más a esto último.
Argentina puede recrear la tragedia de Edipo, el hijo que un rey hizo desaparecer para que no usurpase su trono. Las condiciones están dadas. En Argentina, país del tango y el psicoanálisis, de las penas nuestras y las vaquitas ajenas, está acuñado un complejo de Edipo nacionalista. Sólo hay que esperar a que estos hijos se acuesten en el oropel del Gobierno patrio para conocer la verdad. Es de desear que la realidad no les lleve a arrancarse los ojos.-
.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.