Críticas de organizaciones médicas a la campaña de Sanidad contra el SIDA
El pasado diciembre, el Ministerio de Sanidad lanzó una campaña publicitaria para prevenir el contagio del síndrome de innumodeficiencia adquirida (SIDA). A falta de un estudio serio sobre su eficacia, la Administración y la Federación Anti-SIDA se muestran satisfechos con la ofensiva, que ha sido recibida con escepticismo en colectivos homosexuales y con abiertas críticas por las organizaciones colegiales médicas, que la tachan de tardía, imprecisa e incluso de incitadora a la promiscuidad".
Un elogió común es que la campaña evitó los dramatismos cometidos en otros países, como el Reino Unido -anuncios con música fúnebre- o Australia (imagen de la muerte, guadaña incluida).Pero es una crítica extendida entre sectores médicos, de homosexuales y organizaciones Anti-Sida que los muñequitos resultaban confusos y algunas escenas -el rechazo a compartir cuchilla o el cepillo de dientes- no eran claramente inteligibles o era exagerado equipararlas con las principales fuentes de contagio: jeringuillas y penetración anal. Sanidad estima que en las cárceles esa vía de contraer la enfermedad tiene su importancia y por ello hay que prevenirla.
Sanidad únicamente contará para medir la eficacia de la campaña -25 anuncios televisivos, 80.000 carteles, un millón de pegatinas y 700.000 chapas, un coste total de 99 millones de pesetas- con el informe que realice la agencia publicitaria que la diseñó.
Una portavoz de este ministerio asegura que las ventas de preservativos y jeringuillas han aumentado a raíz de la campaña. Los fabricantes señalan que efectivamente ha habido un "pequeño incremento, pero no un boom espectacular de ventas". Apuntan, sin embargo, que en 1987 vendieron 93 millones de preservativos, un 20% más que el año anterior.
Un responsable sanitario de la prisión de Carabanchel, donde el 35% de los presos es portador del SIDA, asegura que en este centro no ha aumentado la demanda de preservativos ni de jeringuillas.
Lo que ciertos sectores tachan de inconcreción sobre el destinatario del mensaje -en otros países la campaña se centró en los grupos de riesgo como homosexuales o drogadictos-, es considerado una virtud por la Federación AntiSIDA española, ya que, a su juicio, habría sido discriminatorio y contraproducente: hace creerse a los heterosexuales a salvo y esto ha provocado en EE UU, dicen, que se haya multiplicado en ellos el contagio, mientras ha descendido enyonquis y homosexuales.
Y critican que de los anuncios se desprenda que la penetración anal es una práctica sólo homosexual. Sanidad replica que no "podía hacer un catálogo sexual".
Personas, no muñecos
Manuel Trillo, del Colectivo Gay de Madrid (COGAM), se queja porque les habría gustado "una campaña más real, como en Francia". "Allí emitieron un anuncio en el que corren dos gays en una playa y cuando se juntan, sacan un preservativo". Sanidad confiesa la razón del dibujito: "Nunca habríamos podido poner una pareja homosexual real. ¡La que se habría montado!". Trillo minimiza la eficacia de la campaña en este sector: "Si acaso, ha servido en Toledo o en Extremadura, donde no existen grupos gay organizados para que informen a la gente".Javier Aizpiri, representante de la Organización Médica Colegial en los planes nacionales contra la Droga y el SIDA, opina que la campaña ha llegado con dos años de retraso, cuando la enfermedad ya no preocupa tanto. "Ya es sólo un problema médico-enfermo. El que no tiene la enfermedad pasa, como con el cáncer, y el que la padece soluciona como puede su problema".
Javier Matos, presidente del colegio médico madrileño, juzga ciertas escenas de "mal gusto", particularmente las relaciones entre homosexuales, ya que "entran por todas las pantallas y a unas horas en que pueden verlas los chiquillos". También cree que la campaña fomentaba la promiscuidad, cuando debería "ordenar la vida sexual de la pareja". De añadidura, 'no informaba lo suficiente y los muñequitos no eran inteligibles".
Ángel del Pino, profesor de Publicidad, ve acertados los anuncios, dado que "su elementalidad llega a todo el mundo" y su tono humorístico -incluido el sonido gangoso de las voces- hace socialmente digerible un tema delicado.
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