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Elaborada una dieta anticáncer en Estados Unidos

Seis pautas dietéticas saludables desde el punto de vista de la nutrición humana y de comprobable influencia en la reducción del riesgo de cáncer han sido presentadas recientemente al comité de nutrición de la Sociedad Médica de Massachusetts, uno de los más prestigiosos institutos de Estados Unidos en asuntos de nutrición humana.El estudio se basa en investigaciones epidemiológicas humanas, así como en experimentos con animales y bacterias.

Estas guías de actuación son:

1. Mantener un peso corporal deseable a través de una ¡ingestión apropiada de alimentos, evitando los excesos.

El consumo de grasas, especialmente las saturadas (leche y queso, yema de huevo, carne de cerdo, tocino y embutidos, etcétera), debería ser reducido. Entre el 35% y el 45% de las calorías totales de una dieta típica occidental es aportado por las grasas, y debería reducirse entre un 25% y un 35%, incrementando paralelamente la proporción de grasas poliinsaturadas (aceites vegetales). La ingesta excesiva de grasas está asociada al cáncer de colon, mama y próstata.

2. Paralelamente a la disminución de la ingesta de grasas hay que aumentar el consumo de azúcares, incluyendo sobre todo frutas, vegetales y cereales integrales, ya que la toma de estos alimentos se correlaciona inversamente con la incidencia de ciertos cánceres. Aunque todavía no definitivamente probada, es muy sugestiva la asociación entre la ingestión de altas cantidades de fibra y la disminución de la incidencia de cáncer gastrointestinal.

Beneficio de la fruta

Por otra parte, la ingesta de betacaroteno (que es la provitamina A, que existe sobre todo en las verduras y frutas) ha sido asocia da a una disminución en la incidencia del cáncer de pulmón, laringe, esófago, estómago, colon, vejiga y próstata.3. Disminuir el consumo de alimentos adobados, curados con sal, asados con carbón de leña y ahumados, pues los hidrocarburos aromáticos policíclicos y los componentes N-Nitroso de estos alimentos son cancerígenos. Las poblaciones que consumen grandes cantidades de estos alimentos tienen una incidencia aumentada de cáncer de esófago y de estómago.

4. No existe en el momento actual evidencia científica suficiente de que el consumo regular de cualquier régimen específico de vitaminas y minerales prevenga el cáncer, si bien se necesitan más estudios para corroborar o desmentir estos datos.

5. Los aditivos alimentarios deben tener una comprobación científica de ausencia de potencial cancerígeno antes de ser autorizados para su uso. Deben investigarse contaminantes alimenticios inadvertidos y contribuir al cáncer humano.

6. El tabaco y la excesiva ingestión de alcohol tienen una colaboración importante en el desarrollo del cáncer en el ser humano, y cualquier medida dirigida a disminuir su consumo tendrá un impacto grande sobre la frecuencia de esta enfermedad.

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