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DESAPARECE LA AUTORA DE 'MEMORIAS DE ADRIANO'

Una vida secreta

Durante toda su vida, Marguerite Yourcenar eludió cualquier tipo de confidencia, incluso cuando escribió su autobiografia, El laberinto del mundo. El primer volumen, Recordatorios (1974), está dedicado a la figura de su madre y su familia, y el segundo, Archivos del Norte (1977), a la estirpe de su padre, un hombre ligero y aventurero.Según han coincidido muchos críticos, la ideología, pasiones y concepción del mundo de la escritora hay que buscarlas principalmente en sus libros y no en las anécdotas de su vida, que ella se cuidó siempre de mantener en silencio, por considerar, probablemente, que no tenían el menor interés. En medio siglo de escritura, Marguerite Yourcenar compuso una obra breve y de muy alta calidad, de catorce libros en prosa, dos de poemas, seis piezas teatrales y seis volúmenes de traducciones. Nunca dio nada por terminado y toda su obra fue reescrita una y otra vez. La escritora dejaba que las ediciones se agotaran e impedía su publicación durante años, mientras reelaboraba nuevas versiones de sus creaciones. Así, todos sus libros de su primera etapa, en los años treinta, fueron sometidos a una profunda revisión. La excepción fue el Alexis.

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Nómada, sedentaria

Marguerite Yourcenar nació en 1903 en Bruselas, hija de una madre que murió en el parto, en una familia de profesionales liberales. Fue educada en Francia. En los años treinta vivió en Berlín y en Grecia; también lo hizo en Italia, y en la posguerra de la II Guerra Mundial se instaló en la isla de Mount Desert, de la costa de Nueva Inglaterra, cerca de Boston, donde amasaba su pan y cuidaba de sus perros y sus pájaros. En 1948 se hizo ciudadana de Estados Unidos. De 1942 a 1950 y de 1952 a 1953 fue profesora de literatura francesa.

Algunos críticos han querido ver en los viajes de su vida el mismo deseo de globalidad que guió su pluma por diferentes géneros -hay quien la llamó "filósofa y poetisa de la historia"- y, sobre todo, por diferentes tiempos, con dos centros principales: la antigüedad griega y romana y el Renacimiento europeo. La mujer algo escéptica en política, que, según dijo una vez, creía que "las minorías han jugado siempre un gran papel", pertenecía a 40 sociedades distintas y participó en numerosas batallas por objetivos políticos concretos.

Después de mantener una vida relativamente nómada, la guerra europea de 1939 la empujó a Estados Unidos y allí permaneció hasta morir, en la pequeña isla de Mount Desert, en la costa de Nueva Inglaterra; allí también descubrió una estrecha amistad con Grace Friks, su traductora en Estados Unidos, que murió en noviembre de 1979.

Su nombre comenzó a trascender los círculos de entendidos con la publicación, en 1951, de las Memorias de Adriano. "Se ha visto en este libro una obra erudita sobre la antigüedad", declaró en 1968. "No se trataba en realidad sino de la vida de un hombre enfrentado a los condicionamientos de su tiempo y que desea dominarlos".

El 14 de diciembre de 1983 sufrió un accidente de circulación en Nairobi, Kenia, del que se repuso unos meses después. Durante los últimos años su salud se había resentido. Hace cinco semanas tuvo que ser internada en un hospital de Washington, donde falleció.

La carrera de Yourcenar ha estado jalonada de importantes y significativos premios y distinciones. Uno de los primeros galardones lo obtuvo en 1951 con el Premio Hélène Vacaresco, por Memorias de Adriano. En 1963 logró el Premio Combat de ensayo con A beneficio de inventario. En 1968 consigue el Premio Fémina con la novela Opus nigrum. A los 81 años recibió la Legión de Honor en su grado más alto, de comandante.

En 1980, a los 76 años de edad, fue elegida, por 20 votos contra 12, en el sillón que había pertenecido a Roger Caillois, miembro de la Real Academia Francesa, que por primera vez admitía a una mujer en los 346 años de su existencia. En 1970 ya había sido elegida en la Academia Belga de lengua francesa. La escritora se embarcó en un crucero para evitar esa súbita y molesta popularidad. A la ceremonia de ingreso asistió Valéry Giscard d'Estaing, entonces presidente de la República. La nueva inmortal rechazó la espada de los académicos y hubo que inventarle un uniforme. Lo hizo Ives Saint Laurent. Lo primero que hizo Marguerite Yourcenar fue regañar a sus nuevos compañeros por no haber aceptado nunca a una mujer, ni siquiera a Madame de Staël, George Sand o Colette

El académico que la había presentado, Jean D'Ormesson, explicó su ingreso: "No le negaré que usted no está aquí hoy porque sea una mujer, sino porque usted es una gran escritora. Ser una mujer no basta en todos los casos para sentarse bajo la cúpula. Pero ser una mujer", añadió el académico, "tampoco es bastante ya para impedirle que se siente aquí".

Una de sus últimas y más importantes distinciones la consiguió el pasado mes de octubre al ser nombrada escritora europea del año durante el primer encuentro de escritores, libreros y críticos, celebrado en Estrasburgo.

Obra traducida

Una gran parte de la obra de esta escritora ha sido traducida al castellano, editada en su mayor parte por Alfaguara (en Francia ha sido editada por Gallimard). En su bibliografía se encuentran las siguientes obras: Alexis o el tratado del inútil combate (Alfaguara), Anna Soror (Laertes, SA de Ediciones), Caridades de Alcipo (Visor), Como el agua que fluye (Alfaguara), Con los ojos abiertos (Gedisa), Cuentos orientales (Alfaguara), Fuegos (Alfaguara), Memorias de Adriano (Edhasa, Laia, Mundo Actual de Ediciones), Opus nigrum (Alfaguara), Recordatorios (Alfaguara), El temps aquest gran escultor (edición en catalán de Laia), Archivos del Norte (Alfaguara), El denario del sueño (Alfaguara), El tiro de gracia (Alfaguara) y A beneficio de inventario (Alfaguara).

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