Malcolm Bradbury: "La Universidad sólo es la excusa"
El escritor británico publica su segunda novela en España
A Malcolm Bradbury no le gusta en absoluto que le confundan con Ray Bradbury, tampoco le gusta que le encasillen como autor de novelas de universidad, pero lo cierto es que las cinco que ha escrito hasta ahora giran en torno al tema universitario. En España, Bradbury se dio a conocer con Instalado en la cresta de la ola, y ahora Anagrama acaba de publicar su cuarta novela, Tráfico de lenguas, tanto o más divertida que la anterior y que trata, según explica el propio Bradbury, "del nuevo conservadurismo económico y sobre la naturaleza de la lengua".
Malcolm Bradbury es británico hasta la médula de los huesos, se define como escritor liberal y tiene la coquetería de aparecer mucho más joven en la contraportada de sus libros que en la realidad. Es profesor de Literatura especializado en narrativa norteamericana y da clases en la universidad inglesa de East Anglia. Ha escrito cuentos, piezas de teatro, críticas, ensayos, monografías, muy apreciadas... pero lo que de verdad le ha dado flama son sus cinco novelas.Pregunta. Es usted considerado el mejor exponente actual de la llamada novela de universidad. ¿Ceñirse a una temática limitada puede producir obras repetitivas?
Respuesta. No acepto esta clasificación reduccionista. Considero que mis novelas trascienden la simple anécdota. Escribo sobre ideas y sobre trasfondos intelectuales, escribo sobre personajes que son conscientes de ellos mismos, que reflexionan, que meditan. Y la Universidad me proporciona estos personajes. No estoy de acuerdo con la expresión "novela universitaria", porque puede dar la sensación de un mundo fuera del tiempo. No me gusta en este sentido, porque mis novelas trascienden el marco. Hay un hecho y es que Gran Bretaña, en los últimos 50 años, ha habido un crecimiento de las universidades y éstas se han convertido en lugar de cambio social. Para decirlo de otra manera, la Universidad es la excusa.
P. Sus novelas son algo provocativas. Instalado en la cresta de la ola recibió duras ataques de la izquierda, que consideró que era una crítica a los movimientos intelectuales y universitarios hecha desde un punto de vista conservador. En Tráfico de lenguas hace, aparentemente, una caricatura de los países del Este.
R. Si con Instalados en la cresta de la ola he ayudado a ganar votos a la señora Thatcher pido perdón a todos. No era esa mi intención. En cuanto a la otra, el marco, la anécdota, es la visita de un profesor inglés a un país imaginario del Este. En realidad, estoy muy impresionado por los escritores del Este y admiro su talento para la ficción, para tratar over realty, una sociedad en la que todo está codificado, todo está colocado según unas normas muy estrictas. Pero, repito, el marco es la anécdota, lo que verdaderamente he pretendido tratar en Tráfico de lenguas es lo que podríamos llamar la nueva sabiduría: el conservadurismo económico. Es decir, que la metáfora central es el dinero, el dinero como papel de ficción que crea ideas de valor, y, consecuentemente, la imagen oculta es el intercambio de cosas, la transacción del papel (dinero) en algún tipo de valor, como política, sexo o literatura. En Instalado en... he utilizado un personaje exageradamente tópico, Howard Kirk, que cree que tiene la respuesta al liberalismo, a las situaciones políticas del momento y que cree también que la historia está de su parte. Nada más.
P. En Tráfico..., usted da una gran importancia y un tratamiento especial al lenguaje..
R. Me apasiona la naturaleza de la lengua, estudiar cómo evoluciona. Esta novela está escrita en inglés, pero no en inglés como primera lengua, que es la mía, sino como segunda. Con ello pretendo que mi novela salga del provincianismo. En la actualidad, la novela inglesa se está abriendo, gracias sobre todo a muchos escritores que escriben en inglés, pero como segunda lengua. Es positivo. Estamos vi viendo una cultura posimperialista que continuará creciendo En este sentido, la presencia de asiáticos en Inglaterra es importante y enriquecedora.
P. Usted afirma que es un escritor liberal. ¿Qué quiere decir?
R. Si Dios hubiera sido británico no hubiera dictado los 10 mandamientos, habría dado las 10 sugerencias. Para mí la palabra liberal es sinónimo de escepticimo e interrogación constante.
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