La generación del deshielo
Antes de salir de la URSS en 1972, Joseph Brodski había publicado unos pocos versos y era más conocido como traductor de poetas polacos e ingleses. Cronológicamente Brodski pertenece a la llamada generación del deshielo, inmediatamente posterior a la que tiene a Evtushenko como máxima figura. No obstante Brodski es difícil de encajar en esa generación. Para encontrar los orígenes de su poesía deberemos remontarnos al primer cuarto de siglo ruso. Allí encontraremos a los simbolistas Balmont y Blok, a los acmeistas, Mandeishtam y Ajmatova e incluso a los futuristas Jlebnikov y Vasternak. De todos ellos ha aprendido Brodski. Esta enumeración prolija de poetas no debe ser tomada como falta de originalidad. Simplemente se trata de apuntar que la poesía de Brodski es una reunión orgánica de muy distintas corrientes. Pero, contra la rica tradición métrica de la poesía rusa, la poesía de Brodski casi siempre es arbitraria en cuanto a la rima y al ritmo.El flamante Nobel ha ido evolucionando así hacia una versificación irregular, con estrofas muy largas, en las que la rima desaparece con frecuencia para dar paso al verso libre. Esa forma de versificar es cada vez más frecuente en la poesía soviética de estos últimos tiempos y no sabemos en qué medida ha contribuido a ello el propio Brodski. En cuanto al contenido, sus versos son de una gran riqueza verbal, que denotan una extensa cultura. Las circunstancias vitales han puesto en su poesía un acento amargo presente tanto en el verso satírico como en el lírico. La estancia en el extranjero, hace ya 15 años, ha ensanchado considerablemente la temática de la poesía de Brodski. Con todo, en cada uno de sus versos late una tradición cultural rusa, principalmente urbana, que ha marcado al poeta para siempre.
Este día de hoy la poesía tiene un solo nombre: Joseph Brodski. Sin duda en él se ha reconocido también a la gran poesía rusa. Pero el premio Nobel es además el homenaje a un espíritu y a un pueblo. Por eso, quisiera recordar, sin citarlos, a varios poetas soviéticos equiparables en talento al Nobel, pero más representativos que él de los aires renovadores que hoy se respiran en la URSS.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.