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Shevardnadze y Shultz ultimarán en Moscú el tratado sobre los euromisiles

Pilar Bonet

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, llega hoy a Moscú para reunirse con su homólogo el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, y será recibido mañana por el líder, Mijail Gorbachov. La visita está destinada básicamente a dar los toques finales a un acuerdo sobre las fuerzas nucleares de alcance medio (INF) y, con ello, a abrir el camino definitivo a la próxima cumbre soviético-norteamericana. U, UR SS tratará de avanzar en la formulación de un acuerdo sobre las armas estratégicas.

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Shultz llega a Moscú esta mañana en tren desde Helsinki, y no en avión, como estaba previsto, debido a la intensa niebla que durante tres días ha mantenido cerrados los aeropuertos de la capital soviética, y se entrevista hoy con Shevardnadze y lo hará mañana, viernes, con Mijail Gorbachov, en la segunda y última jornada de trabajo en la URSS, según el programa previsto.El acuerdo sobre fuerzas nucleares de alcance medio (de 500 a 5.000 kilómetros) cubre sólo un 4% de los arsenales nucleares de las dos superpotencias, pero tiene gran importancia simbólica por ser el primer tratado de desarme de la época nuclear. Pese al intenso trabajo que ambas partes dicen haber hecho en Ginebra para redactar un borrador de unas 100 páginas, quedan detalles técnicos por ultimar.

La verificación con inspecciones inmediatas, el calendario y las prioridades de destrucción de cohetes aparecen aún como puntos polémicos en un texto que eliminará todos los Pershing 2 y misiles de crucero norteamericanos, así corno los SS-20 soviéticos del territorio europeo y asiático. Ello equivale a 348 misiles con una cabeza de parte occidental y 683 misiles con 1.435 cabezas por parte soviética.

Gorbachov ha reiterado recientemente que la Iniciativa de Defensa Estratégica norteamericana (SDI) es el principal obstáculo para la reducción de las armas estratégicas, el grueso de los arsenales soviéticos y norteamericanos. La agencia soviética Tass criticaba ayer de nuevo la decisión norteamericana de continuar adelante con la SDI, y Moscú sigue vinculando formalmente el cumplimiento estricto del tratado ABM sobre misiles antibalísticos de 1972 -que cierra el paso al desarrollo de la SDI- con la reducción del 50% de los arsenales estratégicos,

acordada en principio por Shultz y Shevardnadze el 18 de septiembre en Washington.Observadores políticos occidentales en Moscú han constatado, no obstante, una disminución de¡ énfasis puesto por la URSS en la campaña del 7 de noviembre; por ejemplo, ha suprimido los llamamientos a la no militarización del cosmos y a la prevención de la guerra de las galaxias, que eran la tónica en años precedentes. En medios diplomáticos occidentales se opina que la posición de la URSS en relación a la SDI podría ser más matizada y selectiva que en el pasado y estar dispuesta a aceptar algunos de los componentes de la iniciativa.

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Cuarta 'cumbre'

La perspectiva de acuerdo en más armas estratégicas abriría la puerta a una cuarta cumbre entre Reagan y Gorbachov la próxima primavera en Moscú, después de que ambos hayan mantenido su tercera cumbre antes de final de año -en Washington, tal como esperan los norteamericanos-, si se allanan ahora las últimas dificultades para el acuerdo INF.

La agencia Tass emitió ayer un comentario sobre la visita firmado por VIadimir Chernisev, que se concentraba básicamente en los temas de armamento y señalaba que a largo plazo "surgen bastantes hechos y señales, tanto esperanzadores como preocupantes". Según el comentarista, las dos partes tienen diferentes opiniones sobre una serie de puntos, como la cuestión de las cabezas nucleares norteamericanas de los cohetes Pershing 1A de la RFA, el tema del control del acuerdo y las llamadas "medidas de compensación" que, según Chernisev, serían un intento de "crear una posibilidad de evadirse del inminente acuerdo", lo que, en su opinión, "debe provocar una seria preocupación".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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