La incertidumbre ante las fuertes oscilaciones de los cambios sustituye al pánico en Wall Street

La incertidumbre de un mercado errático en búsqueda de estabilidad sucedió ayer al gran pánico del lunes en la Bolsa de Nueva York, que trató de recuperarse de tina catástrofe superior al martes negro de octubre de 1929, que dio paso a la Gran Depresión. El índice Dow Jones cerró finaImente a 1.841, 102 puntos por encima del lunes, pulverizando un nuevo récord de negociación con un volumen de 610 millones de acciones. El ambiente al cierre había mejorado bastante con relación al lunes y el pánico psicológico comenzaba a ceder.Ronald Reagan, que ha sido acusado de falta de liderazgo en esta crisis de la bolsa y de incapacidad para enfrentarse con los verdaderos problemas de fondo de la economía norteamericana (los déficit fiscal y comercial) se reunió anoche con sus principales asesores económicos en la Casa Blanca. A la salida de esta reunión comentaba que en la misma medida que "permanecía preocupado", se encontraba satisfecho porque las medidas adoptadas por la Reserva Federal, habían tenido un "efecto saludable- para el mercado. "Los tipos de interés han bajado generalmente y estoy también satisfecho por las medidas de los grandes bancos para reducir sus tipos". Se felicitó por la subida de la cotización de la jornada de ayer y manifestó su creencia de que el mercado podía encajar una "baja suplementaria de los tipos de interés". Finalmente señaló, que "los fundamentos económicos del país permanecían sólidos y los norteamericanos no debían tener pánico". A primera hora de la mañana, el presidente también había exhortado a la calma,y, lo que es más importante, la Reserva Federal (el banco centra) garantizó que habrá liquidez suficiente para aguantar el sistema financiero al que inyectó ayer dinero.

[,os inversores se pasaron ayer a los títulos del Tesoro, que experimentaron alzas importantes, abandonando la renta variable. La tensión en el patio de operaciones era tremenda y un agente de cambio se desmayó y tuvo que ser sacado en una silla de ruedas. Los turistas acudieron en tropel a Wall Street para asistir a un acontecimiento "histórico". Pew no se repitió la catástrofe del lunes y, por primera vez desde hace una semana y media, comienzan a vislumbrarse síntomas de una vuelta a la estabilidad dijo el presidente de bolsa neoyorquina, John Pelhan, que afirmó que "esta noche (por la pasada) espero poder dormir algo.

Un comunicado de una línea, emitido media hora antes de la apertura de Wall Street por Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, trataba de paliar los daños confortando a los inversores e impedir la repetición del desastre del lunes. "De acuerdo con sus responsabilidades como banco central de la nación, la Reserva Federal está preparada para servir como fuente de liquidez para apoyar la economía y el sistema financiero". Esta simple frase, que asegura que los bancos tendrán dinero en efectivo para responder a la crisis de la bolsa, tuvo un efecto inmediato.

Jornada agitada

En la primera hora, el índice Dow Jones de Wall Street, 30 valores industriales de relieve, que el lunes había perdido 508 puntos, un 22.6% del valor total de los títulos a cotización, cambiaba completamente de signo y subía 200 puntos. Tras el anuncio de la Reserva Federal, que presagia el descenso de los tipos de interés a corto plazo, dos bancos importantes -el Chemical y el Marine Midland- recortaban su tipo de interés preferente en medio punto, de 9,75% a 9,25%.Pero estas señales no parecieron suficientes a un mercado volatil, que volvió a perder lo ganado y caer otra vez en los números rojos y así continuamente como un carrusel durante toda la jornada. "Estamos vigilando la situación con cuidado en continuo contacto con los líderes del mundo económico pero no parece necesario convocar ninguna reunión especial de emergencia", decía a media mañana la Casa Blanca.

La crisis más grave de la historia de la bolsa le ha cogido a Reagan con su secretario del Tesoro, James Baker, en Europa tratando de concertar con los alemanes un nivel para estabilizar el dólar. Baker regresó ayer urgentemente, en un Concorde, a Washington, cortando una visita oficial a Suecia, y se entrevistó inmediatarnemte con el presidente. "No hay razones especiales para el pánico, nos dicen los economistas, aunque la situación es difícil. La situación económica es sólida y seguimos intentando reducir el déficit fiscal", explicaba el portavoz presidencial Marlin Fitzwater. Con la noticia, que inmediatamente se probaría efímera, de la subida de 200 puntos, Fitzwater aseguraba que "estamos preparados para intervenir si fuera necesario, pero no hay razones para actuar y parece que retorna la calma a los mercados".

En ningún momento las autoridades federales pensaron en cerrar los mercados, como hizo ayer Hong Kong. El desplome de la bolsa se compara con el martes negro de 1929 aunque los expertos explican que ahora no podría repetirse una depresión de esa magnitud. Hay muchas salvaguardias, establecidas después de aquel desastre, que lo impedirían.