Unos ganan y otros pierden
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., La incertidumbre psicológica provoca el pánico aunque no esté apoyada por los datos económicos. Todos los norteamericanos, no sólo los que tienen acciones, se ven afectados por la espectacular caída de la bolsa.
La amenaza es psicológica, la gente puede sentirse más pobre y gastar menos, lo que provocaría una deflación. Los fondos de pensiones que están invirtiendo en acciones se ven perjudicados, hay menos dinero para invertir y las empresas pueden recortar sus puestos de trabajo.
Pero algunos pierden más que otros, aunque se lo toman con filosofía. Sam Walton, según la revista "Forbes" el hombre más rico del mundo, perdió el lunes 1.000 millones de dólares en Wall Street. "Es papel de todas formas. Lo era cuando comenzamos y lo seguirá siendo".
A pesar de esta corrección en su fortuna, Walton sigue valiendo 5.000 millones de dólares. Otros han sido más listos y se han salido a tiempo. El magnate inmobiliario Donald Trump dijo ayer que gracias a haber vendido todos sus títulos en Bolsa el pasado mes ha ganado 173 millones de dólares. Sandra Fisher, de Puerto Rico, estaba contenta. vendió hace una semanas las pocas acciones que tenía, a un precio muy alto, para comprarse un coche.
