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MOSTRA DE VALENCIA

Un filme del francés Edouard Niermans causa sensación

"Esto se anima siempre a partir del cuarto día", asegura Honorio Rancaño, secretario general técnico de la Mostra de Valencia de Cinema Mediterrani, que se inauguró el pasado día 8. Los hechos le suelen dar la razón, pues no en vano lleva ocho festivales —contando el presente— a sus espaldas. El domingo por la noche, pese al largo puente, no hubo bofetadas de milagro para asistir a las proyecciones de Barrios altos, de José Luis García Berlanga, en la sección especial, a las once, y del filme francés Poussière d'ange (Polvo de ángel), de Edouard Niermans, a las 20.30, en la oficial.

Si la primera obra del hijo de Luis García Berlanga decepcionó un poco por lo sorprendente de su resolución, no ocurrió lo mismo con la película francesa, que despertó cálidos aplausos. Es un peculiar filme policiaco de un director también infrecuente, que a sus 44 años acaba de realizar su segundo largometraje para la pantalla grande, tras dos trabajos para la televisión.

La película tiene algo de la magia y la frescura que se podía encontrar en el primer cine de Godard y en el de alguno de sus compañeros de la fructífera nouvelle vague. Un atípico inspector de policía, abocado al alcoholismo por el fracaso sentimental de la relación con su mujer, que ha culminado en separación, se ve inmerso en una relación sorprendente con Violetta, una joven que vive un mundo irreal con elementos rituales muy personales y que centra su vida en la venganza de la muerte de su madre, una prostituta asesinada por orden de un comisario de policía que mantuvo relaciones con ella. El inspector, Simon Blount, encarnado por Bernard Giraudeau, opta por salvar a Violette, una manera muy godardiana, en lugar de cumplir con su deber de entregarla a la ley.

Escenarios naturales

La película está rodada en escenarios reales cuidadosamente elegidos, sobre un guión colectivo y original, obra de Jacques Audiard, Alain le Henry y Edouard Niermans. El propio realizador confesaba ayer que renunció a su idea inicial de basar la obra en una novela, con resultados positivos a la vista del producto final.

Niermans confiesa que no pertenece a ninguna escuela: "Me he pasado la vida viendo cine y, sobre todo, he vivido". Su cultura cinematográfica está patente, entre otras cosas, en la irrepetibilidad de cada plano. "Hay gente que filma un guión", asegura Niermans, "y otra que hace películas. Cuando se hacen películas se siente la necesidad de amar cada plano". De ahí que no le preocupe excesivamente el montaje, porque, subraya, "cada plano es diferente y está cuidado al máximo".

Poussière d'ange está rodada en tres ciudades francesas distintas: París, Lyón y Marsella, de manera que para el espectador se trata siempre de la misma ciudad. Es una más de las originalidades bien logradas del filme.

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