Brasil presenta un nuevo plan a sus acreedores
Luis Carlos Bresser Pereira, ministro de Finanzas de Brasil, presentó ayer a sus acreedores bancarios, en Nueva York, un nuevo plan de financiación de deuda externa de más de 115.000 millones de dólares, en el primer intento formal para poner fin a la moratoria unilateral en el pago de intereses que anunció hace siete meses.Las nuevas propuestas brasileñas suponen una flexibilización de las anunciadas hace apenas dos semanas, en las que se proponía una significativa conversión de su actual deuda bancaria (unos 70.000 millones de dólares) en bonos y obligaciones a bajo interés. El principal cambio es la facultad de los bancos acreedores de acogerse al nuevo plan de manera voluntaria.
El ministro brasileño, que se encuentra en Estados Unidos para asistir a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial, mantiene todavía su negativa a la supervisión de sus planes económicos por parte del directorio del FMI. Tal posición, mantenida también por su predecesor en el cargo, Funaro, llevó a los bancos a rechazar las propuestas de refinanciación previas, y a Brasil a anunciar una suspensión unilateral de pago de intereses de su deuda.
El nuevo plan de Bresser Pereira se basa en la idea central de que los bancos deben aportar unos 7.000 millones de dólares de dinero fresco en la economía brasileña a fin de cubrir los intereses vencidos en lo que va de año (unos 4.000 millones) y otros 3.000 millones para hacer frente a los intereses previstos en la primera mitad de 1988. La aportación de estos fondos se realizaría mediante bonos a un tipo de intereses que no superaría el 6% anual.
Los bancos acreedores consideran las nuevas propuestas de Brasil como una "base de negociación", pero no han dado su brazo a torcer sobre la necesidad de la supervision institucional de su economía ni la posibilidad de que Brasil aumente los pagos de intereses, mediante un mayor tipo, si los ingresos por exportaciones superaran las previsiones actuales. Los bancos aducen además que el tipo de interés que Brasil ofrece pagar es inferior al acordado con México y Argentina, lo que, de aceptarse, provocaría una situación de agravio.
La degradación
La estrategia de Brasil, en sus nuevos intentos negociadores, parece ser, en todo caso, que el Departamento del Tesoro norteamericano degrade el estado de la deuda brasileña, al encontrarse este país en una práctica suspensión de pagos desde hace siete meses. El secretario del Tesoro, James Baker, ha advertido en los últimos días a Brasil de esta posibilidad y se espera que concrete su amenaza en las reuniones que tiene previsto mantener en Washington.
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