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La asamblea del FMI reafirmará la estrategia de crecimiento sostenido y los mecanismos institucionales del pago de la deuda

ENVIADO ESPECIALUn cándido otimismo inunda este año las reuniones previas de la asamblea anual del fondo monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial, que comienzan formalmente el lunes en Washington, con asistencia de más de 150 ministros de Finanzas y varios miles de banqueros como invitados. La reunión que hoy celebra el grupo de los siete países más industrializados de Occidente mantendrá vigentes, previsiblemente, los denominados acuerdos del Louvre para sostener la actual cotización del dólar. Asimismo, un inusual consenso parece existir en el FMI para que esta asamblea reafirme tanto la política de crecimiento sostenido como la tradicional estrategia para el pago de la deuda externa.

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En los informes técnicos sobre la evolución de la economía mundial el próximo año, presentados por los analistas del FMI a consideración de los ministros, ha desaparecido la palabra recesión, surgida como una incipiente amenaza a medio plazo en las reuniones de la pasada primavera del FMI y del Banco Mundial. El Economic Outlook preparado por el FMI, pronostica un crecimiento para los próximos 18 meses en las economías industriales de alrededor de un 3% "próximo al máximo potencial", es decir, el nivel considerado como necesario para mantener los actuales niveles de empleo, y suficiente para no producir un deterioro de las actuales condiciones económicas. Para el mundo en desarrollo, las previsiones son incluso más optimistas en cuanto al crecimiento (entre 4% y 5%), habida cuenta del aumento esperado (4,5%) en el volumen del comercio mundial.Con un incremento del Producto Interior Bruto de las naciones más ricas próximo al 2,7% en 1988 (dos décimas por encima del anticipado el pasado abril), los siete grandes de la economía mundial (Estados Unidos, Japón, República Federal de Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá e Italia), es probable que, al ratificar hoy los acuerdos adoptados en Louvre hace un año para sostener el actual valor del dólar, eviten una mayor confrontación sobre la necesidad inmediata de que las naciones con excedentes externos (RFA y Japón) reduzcan sus tasas de interés reales y sirvan de motor de la economía mundial. James Baker, secretario del Tesoro, ha aceptado que el actual nivel del dólar es suficiente para corregir paulatinamente los desequilibrios de su balanza comercial y exterior, que supera los 150.000 millones de dólares anuales.

El repunte de la inflación experimentado en los últimos meses en algunas naciones industrializadas, probablemente causado por unos precios alcistas del crudo y por el excesivo calentamiento de sus economías, ha servido de freno a las demandas norteamericanas, así como las promesas japonesas de tomar una mayor participación, mediante sus recursos excedentarios, en la solución de los problemas de deuda de las naciones en desarrollo. Dentro de este contexto, la polémica para una reducción de los tipos de interés ha pasado a un segundo plano, dejando en primera línea la necesidad de mantener, mediante la concesión de recursos adicionales, la financiación del crecimiento de las economías más pobres.

Recursos del Banco Mundial

El secretario norteamericano del Tesoro, James Baker, ha anunciado esta semana que Estados Unidos ya no se opone al aumento previsto en el capital del Banco Mundial. Aunque no ha especificado aún las cifras, la decisión política ya está tomada, y es previsible que esta entidad aumente sus recursos en los próximos años, para que sus programas de ayuda al Tercer Mundo sirvan de apoyo a las economías con más problemas.Otra decisión ya anunciada ha sido protagonizada por el nuevo director gerente del FMI, el francés Michel Candessus, que ha comunicado su intención de proponer un incremento hasta 6.000 millones de dólares del denominado Fondo de Ajuste Estructural, que actualmente existe para apoyar a las naciones más pobres. Candessus, antiguo gobernador del Banco de Francia, también quiere que el Club de París establezca unas condiciones más flexibles en la deuda estatal de las naciones deudoras, tales como tipos de interés inferiores y períodos más largos de amortización.

Aunque, todavía existen diferencias notables entre la posición norteamericana y la de las naciones europeas en relación a los contribuyentes a este fondo, la mayor flexibilidad occidental y el reconocimiento de que son necesarios más fondos para garantizar la tendencia creciente de las economías en desarrollo ha dejado también en un segundo plano las demandas de las naciones más endeudadas, especialmente las tres latinoamericanas (Argentina, Brasil y México), que acumulan entre ellas casi la tercera parte de la deuda total mundial (1,1 billones de dólares).

Cena en El Circo

Con todo, los ministros de Finanzas de estos tres países celebraron en la noche, del jueves un encuentro, en un restaurante neoyorquino de moda (El Circo), para coordinar sus estrategias con vistas a las negociaciones con los bancos. Los tres ministros hicieron público un comunicado solicitando mejores condiciones en el pago, así como una reducción sustancial de sus obligaciones, especialmente por la vía del tipo de interés. Pero el hecho de que sólo Brasil se encuentre en moratoria de pago, ha hecho que la aclaración se interprete como un apoyo por parte mexicana y argentina a Brasilia.

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