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LA CRISIS DEL GOLFO

Teherán anuncia que el ataque norteamericano a uno de sus barcos "no quedará sin respuesta"

La acción bélica norteamericana de la noche del pasado lunes contra un barco iraní "no quedará sin respuesta", declaró ayer el hoyatoleslam Alí Akbar Hachemi Rafsanyani, número dos de la República Islámica de Irán, según informó la agencia oficial Irna. Rafsanyani desmintió "categóricamente" que la embarcación iraní destruida por disparos de un helicóptero norteamericano estuviera colocando minas. Se trataba, según su versión, de un carguero que "transportaba alimentos hacia los puertos persas del Golfo". La fragata norteamericana Jarrett disparó tiros de advertencia contra una lancha rápida iraní en el Golfo, que finalmente dio media vuelta y se marchó, anunció el Pentágono en Washington.

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En un discurso pronunciado en la mañana de ayer en el Majlis (Parlamento iraní) por su presidente, Rafsanyani, éste calificó de "crimen" el bombardeo y destrucción, el lunes, de la embarcación iraní. Esta acción, añadió, prueba que, "pese a su pretensión de neutralidad en el conflicto", Estados Unidos "actúa en colusión con el régimen baasista de Bagdad".El incidente del lunes por la noche es el primer acto de guerra entre Estados Unidos e Irán desde que la superpotencia ha multiplicado por cinco el número de sus fuerzas aeronavales en el Golfo, con el objetivo declarado de proteger la libre navegación de los petroleros kuwaitíes. Según la versión del Pentágono, la embarcación iraní, un pequeño buque de desembarco llamado Iran Ajr, fue sorprendida en "flagrante delito" cuando colocaba minas en una zona frecuentada por los barcos de guerra estadounidenses, a unas 50 millas al noroeste de las costas de Bahrain. Los helicópteros que salieron de la fragata Jarrett utilizaron equipos de visión nocturna para localizar a la embarcación iraní.

Tres, según EE UU, o cuatro, según Teherán, tripulantes iraníes murieron en el ataque del lunes por la noche, y otros 10 fueron recogidos por los norteamericanos y transportados a su buque almirante, el Lasalle. El Pentágono afirma que el Iran Ajt estaba colocando seis minas y que a bordo había otras 10. Estos artefactos son la pesadilla de la navegación en el Golfo en los últimos meses, y uno de ellos abrió una brecha el pasado 24 de julio en el casco del Bridgeton, el primer superpetrolero kuwaití que izó la bandera de las barras y estrellas.

La fulminante acción de los helicópteros norteamericanos había sido precedida poco antes por un ataque de una lancha rápida iraní contra el petrolero británico Gentle Breeze. Ese buque recibió 14 impactos, uno de los cuales mató a un marinero filipino. El incendio provocado en el Gentle Breeze fue sofocado en la madrugada de ayer, horas después de su comienzo.

El navío iraní atacado va a ser remolcado, según anunció el Pentágono, hasta aguas internacionales cercanas a Bahrain.Teherán exigió ayer la "restitución inmediata" de la tripulación del carguero, incluyendo a las víctimas del ataque.

Irak no ha contenido sus acciones contra petroleros iraníes a la vista de la elevación de la temperatura en el Golfo. Al alba, sus aviones atacaron ayer "un importante objetivo naval iraní" en las costas de la república islámica, informaron fuentes oficiales de Bagdad.

Los últimos sucesos violentos del Golfo se han producido en el mismo momento en que la guerra irano-iraquí, que ha causado un millón de muertos, entra en su octavo año. El 22 de septiembre de 1980, las tropas iraquíes invadieron el territorio de la recién constituida República Islámica de Irán, tras lo que Bagdad califica de "unas semanas de provocaciones fronterizas iraníes".

El reconocimiento de la culpabilidad del régimen de Bagdad en el comienzo de este conflicto es, precisamente, la principal exigencia de los iraníes para aceptar un alto el fuego. Durante su reciente visita a Teherán, el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, recibió, al parecer, una oferta iraní consistente en un cese de hostilidades en dos fases: la primera, destinada a que un comité internacional designe al agresor, y la segunda, una vez esto claro, la definitiva.

El octavo aniversario del inicio de la guerra fue conmemorado en Teherán y en el resto de las ciudades iraníes por cientos de miles de personas, que se subieron a las terrazas y comenzaron a gritar "Alá akbar" ("Dios es grande").

Irak, por su parte, recordó el 22 de septiembre de un modo bien distinto. En las parcialmente reconstruidas ruinas de Babilonia, a unos 90 kilómetros al sur de Bagdad, fue inaugurado ayer el Primer Festival Internacional de Música y Danza, que lleva el nombre de la vieja ciudad mesopotámica. Compañías de ballet, ópera y teatro de unos 30 países, en su mayoría árabes o de la Europa del Este, participarán durante un mes en el festival.

La medalla de oro conmemorativa de este acontecimiento presenta los rostros de Nabucodonosor, el constructor de Babilonia, y del presidente iraquí, Sadam Husein, su reconstructor. Ahora el líder iraquí se pretende también heredero de los reyes mesopotámicos.

La 'guerra de los petroleros'

Desde el comienzo de la guerra de los petroleros, en la primavera de 1984, nunca tantos buques habían sido alcanzados en el Golfo como en los últimos 25 días, desde que Irak decidió romper una tregua de seis semanas en esta faceta del conflicto. La aviación iraquí ha efectuado en ese plazo de tiempo 23 incursiones, dañando seriamente a la principal terminal petrolera iraní de la isla de Jarq. Fuentes marítimas independientes afirman que en esas acciones han sido tocados cuatro petroleros de bandera iraní y otros tantos alquilados por Irán. Esos buques pretendían transportar el crudo desde Jarq a lugares más seguros en el sur del Golfo.

Las acciones aéreas iraquíes están motivadas tanto por el intento de conseguir de sus rivales la aceptación del alto el fuego propuesto el pasado mes de julio por el Consejo de Seguridad de la ONU como por la voluntad de asfixiar la economía iraní. Las exportaciones de petróleo a través del Golfo son el único medio de la república islámica para financiar su esfuerzo de guerra. Irán ha replicado a esta escalada con 11 ataques contra otros tantos buques relacionados con Kuwait y Arabia Saudí. Los instrumentos de estas operaciones han sido lanchas rápidas, muy difíciles de detectar por los radar.

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