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La adhesión a la CE agudiza la pérdida de libertad de la agricultura gallega

Galicia produce básicamente los productos agrarios que sobran en Europa

La integración de España en la Comunidad Europea (CE) ha agudizado el proceso de pérdida de libertad e independencia de la agricultura gallega, donde en el último año se han comenzado a sentir en profundidad los efectos de la vieja crisis económica y que, por motivos de la particularidad regional, se habían obviado en el pasado. En 1986, el descenso de la producción final agraria en Galicia fue del 3%, algo menos de la mitad de la media nacional. En esta comunidad autónoma puede estimarse que hay un excedente laboral de 339.000 personas, de aplicarse criterios comunitarios en el cálculo del porcentaje de ocupación agraria.

La agricultura gallega en 1986 vio acentuados sus desequilibrios estructurales como consecuencia del impacto en la región de la integración en la CE Galicia concentra su producción agrícola y ganadera precisamente en aquellos productos en los que Europa es excedentaria. Pero, al contrario de los países comunitarios, carece de los mecanismos de protección de la Política Agraria Común (PAC) y, lo que es más importante, no dispone de los sistemas modernos de producción que existen en Europa, que hacen que la tasa de rentabilidad de muchas explotaciones en Galicia sea, a veces, dramáticamente reducida.Dentro de este contexto, y según resalta el estudio anual La agricultura gallega, que edita la Caja Rural de Orense bajo la dirección del economista Gonzalo Fernández, tanto en el aspecto industrial como en el de la integración en la CE, Galicia aparece enfrentada con la crisis del desarrollo sin ni siquiera, haber comenzado a desarrollarse". "Galicia", dice el estudio, de 715 páginas, "está llegando con demasiado retraso a muchas situaciones importantes, especialmente a un proceso propio de industrialización

Galicia se enfrenta a una crisis derivada, por una parte, de su insuficiente desarrollo económico y, por otro, de la obsolescencia de su propio sistema de desarrollo".

Un dato significativo de la situación agraria gallega lo ofrece el hecho de que la superficie media de la explotación agrícola gallega es apenas el 22% de la media de la Comunidad Europea. El minifundio, fenómeno hartamente conocido , se ve agravado con un exceso de mano de obra ocupada en el campo, que es el 40,5% de la población total activa. En la CE, la media es del 7,6%, y en el conjunto de España, del 15,6%. Desde estos parámetros, en Galicia existe un excedente teórico de ocupación agraria de 339.190 personas. La situación se ve agravada por la coincidencia de la crisis de las grandes industrias (siderurgia y naval), que ha impedido la absorción de este excedente.

Más ganadería

Como en Europa, el predominio de la actividad primaria es ganadero, que aporta el 66,7% de la producción final agraria, frente al 38,5%, en el conjunto de España. Con todo, la comunidad supera las medias nacionales en producción total agraria, producción final, valor añadido bruto y renta agraria por hectárea productiva. Los terrenos forestales son ya el 63,2% del total, frente al 18,8% de las tierras de cultivo, el 11,2% de los prados y pastizales y el 6,8% de otras supeficies.La mayor superficie agrícola corresponde a los cultivos forrajeros, cereales grano, patata leguminosas grano, viñedo y, finalmente, hortalizas. En expansión están los cultivos de flores, forrajes, frutales, hortalizas, viñedos y patatas. En retroceso se hallan cereales y leguminosas grano. Una constante en Galicia es que los cultivos tradicionales corresponden a los de más baja rentabilidad, pese a que la crisis ha hecho que algunas explotaciones muy rentables, como las fresas, con tres millones de pesetas de rentabilidad por hectárea, crezcan frente a los más bajos, los cereales, con apenas 25.000 pesetas de beneficio por hectárea.

En 1986 se produjo una importante disminución de la producción agrícola en Galicia, estimada en el 3%, frente a una media nacional de más del 6%. Los productos que más redujeron su producción fueron los viñedos, con una caída del 23, 6 % ; las patatas del 20,2 %; los cereales grano, del 5,4%.; las lecuminosas grano, con el 5%; las hortalizas, el 4,2% y la fruta, con el 2,8%. Aumentaron las flores, cuyo cultivo está aumentando considerablemente debido a su enorme rentabilidad.

Galicia aporta más del 50% de la producción española en cuatro cultivos agrícolas, más del 25% en otros once y más del 8% en 18. Con todo, una característica del agricultor gallego es que continúa sin seleccionar sus cultivos en función del rendimiento económico. Esto se debe al hábito y a la costumbre, ya que el principal objetivo de los trabajadores agrícolas gallegos es abastecer las necesidades familiares, relegando a un papel irrelevante la demanda del mercado.

Según las conclusiones del estudio, que se publica desde hace doce años, el gran cambio que está por hacer en la agricultura de Galicia es de mentalidad, y consiste en preparar al agricultor para pensar en el mercado en lugar de en el autoabastecimiento de su familia.

El informe incluye un llamativo análisis del sector lácteo, uno de los que quizá más van a sufrir con la integración en la CE. La producción de leche en Galicia fue de 1.534 millones de litros el pasado año, lo que supone una disminución del 6,7% Galicia aporta el 25%, de la leche de vaca que consumida en España.

Otro subsector que ha experimentado un retroceso es la pesca, que en 1986 experimentó una reducción en cuanto a la pesca desembarcada del 5,3%. Con todo, el valor que engloba a esta industria asciende a 88.309 rnillones de pesetas, lo que supone el 40,65% del total del Estado. Al margen hay que considerar que este subsector tiene un efecto añadido en la industria conservera.

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