Víctor Karpov: "Es un deber liberar a Europa de misiles"
Habla el viceministro soviético de Asuntos Exteriores
Víctor Karpov es probablemente el diplomático en activo con más experiencia en el control de armamentos, unas conversaciones que protagonizó en nombre de su país desde los años setenta, cuando se negociaba el SALT II, hasta el pasado mes de enero. En la actualidad es, desde el Ministerio de Exteriores soviético, el virtual asesor de Mijaíl Gorbachov sobre desarme. A sus 59 años, podría todavía acumular más práctica en el tema que el propio Andrei Gromiko.Pregunta. ¿Cuáles son las líneas generales del proyecto de tratado presentado por su país en Ginebra el pasado lunes?
Respuesta. La esencia de nuestra propuesta es que, en el curso de cinco años, todos los misiles americanos y soviéticos desplegados en Europa que ustedes, en el lenguaje de la OTAN, denominan Fuerzas Nucleares Intermedias de Largo Alcance (Long Range Intermediate Nuclear Forces, LRINF), deberán ser liquidados, demolidos o desmantelados, bajo estricto control. En el mismo período, estamos dispuestos a deshacernos de todas las Fuerzas Nucleares Intermedias de Corto Alcance (Short Range Intermediate Nuclear Forces, SRINF), también bajo estricto control. Además, simultáneamente con las negociaciones sobre misiles europeos, estamos dispuestos a negociar sobre la parte asiática de los misiles LRINF y sobre la parte asiática de los SRINF, y acordar la supresión de los misiles de alcance intermedio soviéticos [desplegados en esa zona] que excedan de las 100 cabezas nucleares. La parte americana conservaría el mismo número de cabezas sobre misiles de alcance intermedio en su territorio.
Sistemas de verificación
Luego, sugerimos que debería haber un verdadero sistema de verificación, de manera que ambas partes tengan la garantía más plena posible de que no habrá engaño. Y sugerimos que este sistema incluya medios nacionales técnicos, más las provisiones necesarias para otras medidas, incluidas las inspecciones sobre el terreno. Entendemos que estas inspecciones sobre el terreno pueden ser utilizadas en todos los casos en los que la verificación sea imposible o insuficiente por los medios nacionales. A ese efecto, pensamos que se deben autorizar las inspecciones en las bases en las que haya habido desplegados o pueda haber desplegados misiles cubiertos por el tratado, si hay motivos suficientes para creer que en ellas se desarrollan actividades sospechosas. Por supuesto, las instalaciones de la OTAN en países terceros que tengan cualquier relación con los misiles de alcance intermedio, balísticos o de crucero, podrían también ser cubiertas por las inspecciones. Y por lo que se refiere a la producción de misiles, de alcance intermedio o corto necesaria para mantener los niveles que acuerden ambas partes, también será verificable, y los centros donde se fabriquen esos misiles deben quedar abiertos a esas inspecciones.Esto es, en esencia, lo que sugerimos. Hemos tenido en cuenta las propuestas que han hecho los americanos, y se trata, por ello, de una propuesta de compromiso que prentende facilitar las bases de un trabajo mutuo que pueda ser presentado a la firma, si todo va bien, este año mismo, en el curso de, digamos, tres, cuatro o cinco meses.
P. ¿Quién haría las inspecciones sobre el terreno?
R. Pensamos que, para comenzar ese proceso, bastan las inspecciones bilaterales, y luego creo que podríamos ver qué necesitamos, si es precisa una inspección más amplia que incluya a expertos internacionales.
P. ¿Cuál es la mayor dificultad en estas negociaciones?
R. Diría que lo más dificil en las conversaciones sobre INF es el problema de la conversión y las garantías de que el acuerdo no podrá ser utilizado para que cualquiera de las partes firmantes se quede con esos misiles, sin detruirlos ni desmantelarlos. Por eso estamos en contra de las disposiciones sobre conversión sugeridas por Estados Unidos. Creemos que, por ejemplo, los procedimientos para convertir un misil Pershing II en un misil Pershing BI, de menor alcance, no son más que una mascarada. Si se convierte un misil Pershing II en un misil Pershing BI, lo único que se hace es retirar la segunda fase del cohete, pero se conserva la misma cabeza. De manera que el cohete resultante tendría menor alcance, eso es verdad, pero podría ser transformado de nuevo en un Pershing II en 48 horas. Eso no es desmantelar ni destruir: es, simplemente, guardarse las dos partes del misil separadas, con la posibilidad de volver a ensamblarlas y lanzarlas desde el mismo lanzador, ya que el borrador americano no prevé la eliminación de los medios para lanzar esos misiles.
P. También en Occidente se ha dicho que ustedes podrían engañar, ya que les sería fácil trasladar a Europa los 100 SS-20 que quieren conservar en Asia.
R. Mire usted, EE UU tiene la misma posibilidad de transportar misiles desde su territorio a Europa. Usted sabe que, cada otoño, EE UU organiza en Europa, sobre todo en Alemania Occidental, unos ejercicios que se denominan Big lift, y en esas maniobras se estudian problemas de transporte, de manera que EE UU tiene ya una gran experiencia en transportar equipos pesados a Europa.
P. ¿Permitirá la URSS que EE UU despliegue sus 100 misiles en Alaska?
P. No, estamos contra ello, y no simplemente porque sea un principio que Alaska deba ser excluida, sino por algo muy importante. Nosotros no tenemos ahora misiles intermedios, S S-20, en la parte asiática de nuestro territorio, capaces de llegar a territorio de EE UU, incluida Alaska. EE UU tampoco tiene ahora mísiles intermedios en su territorio que puedan llegar a territorio soviético. Pero si ahora acordamos reducir el número de nuestros SS-20 en la parte asiática de nuestro territorio por el procedimiento que sugieren los americanos, nos econtraríamos con más armas [estadounidenses] capaces de llegar a nuestro territorio de las que había antes. Por eso estamos en contra de que puedan instalar sus misiles en Alaska. Vea usted que el argumento de que EE UU tiene el derecho a desplegar sus misiles en cualquier parte de su territorio no es válido en este caso, ya que fueron ellos quienes insistieron en que la URSS no desplegaría SS-20 al oeste de los Urales, para que no pudieran llegar a territorio europeo. Aceptamos, de hecho, que el despliegue en la parte asiática de nuestro territorio se efectúe al este del meridiano 80'. Si dimos nuestro acuerdo a ciertas limitaciones para el despliegue en nuestro territorio, ¿por qué EE UU no puede aceptar restricciones? El principio que sugerimos en nuestro borrador es que los misiles que conserve cada parte se desplieguen de forma que no puedan llegar al territorio de la otra. Así, los dos países estarán en igualdad.
P. ¿Qué piensa del ambiente político que se está creando en tomo a este acuerdo, de las sugerencias de Nixon y Kissinger, pero también de Les Aspin y Sam Nunn, congresistas demócratas, de que el acuerdo sobre euromísiles debería ser condicionado a una reducción de las fuerzas convencionales en Europa?
P. Cuando, en 1979, la OTAN tomó la doble decisión, proponía la eliminación de todas las armas de alcance intermedio, es decir, las que llegan a más de 1.800 kilómetros. No se hablaba de las de más de 500 kilómetros ni de las de menos. Cuando la posibilidad de eliminar los misiles de alcance intermedio comenzó a plantearse realmente, resultó que EE UU amplió la doble decisión de la OTAN, introduciendo el problema de los SRINF. Ahora que decimos, vale, resolvamos el problema destruyendo todos los SRINF, algunos listos dicen que eso no es bueno, que hay que vincular ese problema al de las fuerzas convencionales. Creo que esto es un ejemplo de cómo se pueden introducir obstáculos artificiales. Creo que esa vinculación con las armas convencionales es un intento de bloquear la posibilidad de un acuerdo sobre misiles de, alcance intermedio, y por un largo plazo. No hemos sacado a los misiles intermedios del paquete global de Reikiavik para meterlos en otro paquete que sería mucho mas dificil de resolver si alguien quisiera bloquear la solución.
No a la simple reducción
P. También el primer ministro francés, Jaeques Chirac, afirmó el domingo que Europa sigue necesitando los misiles norteamericanos y se pronunció por un acuerdo de reducción, pero no de supresión de estas armas.R. Conozco esa actitud de las autoridades francesas. Hemos oído varios discursos de Mitterrand y Chirac, y tienen sus diferencias de matiz. Pero lo que es fundamental es que, sí perdemos esta oportunidad de comenzar un verdadero desarme, podríamos perder la posibilidad de iniciarlo en absoluto. Y creo que, en ese caso, el viejo proceso de la carrera armamentista continuaría con más velocidad.
P. ¿La Unión Soviética es, por tanto, absolutamente contraria a cualquier acuerdo parcial, que redujera pero no eliminara totalmente estos misiles?
R. Sí. Estamos en contra de ello, porque pensamos que, si hay una posibilidad de liberar a Europa de los misiles americanos y soviéticos de alcance intermedio, como un primer paso, es simplemente imposible desaprovechar esa oportunidad. Es un deber hacerlo.
P. Cuando dice que el acuerdo debería cerrarse en tres o cinco meses, ¿tiene en cuenta el calendario de las elecciones presidenciales norteamericanas?
R. Si, por supuesto. Sugerimos al señor Shultz, durante su visita a Moscú, que comenzáramos los preparativos prácticos de una cumbre entre el señor Reagan y el señor Gorbachov, de manera que concluyéramos este acuerdo sobre INF para la firma, y las disposiciones principales de acuerdos relativos al tratado ABM, a la reducción del 50% de las fuerzas estratégicas defensivas y al tema de las pruebas nucleares, como un documento separado. Si hay una voluntad por parte de Estados Unidos de dar algún paso práctico en lugar de hacer retórica, estamos dispuestos a ello. Pensamos que si la Administración norteamericana no estuviera preparada, nosotros podríamos esperar. Pero si la Administración norteamericana no puede esperar, y está dispuesta, debería actuar ahora mismo.
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