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Entrevista:

Boris Semenov: "Es difícil imaginar que se repita la catástrofe de Chernobil"

Declaraciones del delegado soviético en la reunión de la ONU sobre uso pacífico de la energía nuclear

Andrés Ortega

"Lo que ocurrió en Chernobil fue una coincidencia de tantos acontecimientos improbables que era dificil, y es difícil, imaginar que se pueda repetir". Casi un año después de la catástrofe, ocurrida el 26 de abril de 1986, el vicepresidente del Comité de Estado para el Uso de la Energía Atómica de la URSS, Boris Semenov, cree que, a pesar de todo, la nuclear es una fuente de energía fiable. Semenov, de 56 años, ha encabezado la delegación soviética en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Fomento de la Cooperación Internacional en la Utilización de la Energía Nuclear con Fines Pacíficos, que se clausuró el viernes, sin mucho éxito, en Ginebra.

Pregunta. ¿En qué medida ha estado presente en los debates de esta conferencia sobre la seguridad de las centrales nucleares el accidente de Chernobil?

Respuesta. Se ha mencionado muy poco. Pero nosotros y el mundo entero hemos aprendido muchas lecciones de Chernobil. Ocurrió en abril, y ya en mayo nuestro secretario general sugirió el establecimiento de un régimen internacional para el desarrollo seguro de la energía nuclear. La Unión Soviética presentó en una sesión especial del IAEA [Agencia Internacional para la Energía Atómica] propuestas concretas en este sentido. En esta conferencia se han evaluado positivamente algunos pasos que se han dado, como la firma de dos convenios internacionales sobre notificación rápida de accidentes nucleares y sobre asistencia en caso de accidente. Se ha sugerido, y la conferencia lo apoyó, pasos para elaborar un convenio internacional que aumente la responsabilidad en caso de accidentes nucleares. Se ha discutido también el prohibir los ataques a instalaciones nucleares pacíficas.

P. Justamente la propuesta para prohibir el ataque, armado o terrorista, contra centrales nucleares ha venido de la Unión Soviética y de países como Irán o Irak. ¿Pero qué significa realmente?

R. Hemos sugerido discutirlo a nivel internacional y firmar un acuerdo que sea legalmente vinculante sobre la prevención del terrorismo nuclear y la prevención de ataques contra instalaciones nucleares pacíficas. Chernobil ha demostrado que los accidentes nucleares no tienen fronteras. Un ataque contra una instalación similar que contenga material irradiado, uranio o plutonio, causaría las mismas consecuencias. Al discutir del desarrollo seguro de la energía nuclear no debemos discutir sólo de la seguridad de las plantas, sino también de su protección. Todo ataque debe ser prohibido, y el terrorismo, prevenido con medidas adecuadas, a discutir.

El problema de los desechos

P. En sus tratos con los países socialistas, en el terreno de la energía nuclear, ustedes controlan todo el ciclo del combustible, en lo que parece un sistema diferente al que aplican los países occidentales frente a terceros Estados.

R. Es diferente, aunque yo usaría la palabra control. El problema real para muchos países que entran en el campo de las aplicaciones de la energía nuclear es qué hacer con el combustible irradiado, cómo conservarlo o reprocesarlo, qué hacer con los desechos. En el caso de nuestra cooperación con los países socialistas consideramos que si les proporcionamos reactores también estamos dispuestos a recoger el combustible y guardarlo, reprocesarlo u otra cosa. No es cuestión de control, sino de asistencia. Damos un servicio.

P. ¿En qué medida se va a desarrollar la energía nuclear en la URSS? ¿Qué porcentaje representa ésta del consumo total de energía?

R. Hoy en día, un 11%, y prevemos un crecimiento constante: un 20% para 1990 y un 40% 10 años después.

P. ¿No hay miedo, tras Chernobil, en su país ante este programa?

R. No entre los especialistas técnicos. Quizá entre parte del público haya cierta preocupación. Pero los especialistas están convencidos de que lo que ocurrió en Chernobil fue una coincidencia de tantos acontecimientos improbables que era difícil, y es difícil, imaginar que se puedan repetir. Pero no hay que fiarse de las probabilidades, sino que hemos tomado todas las medidas necesarias para impedir incluso esta secuencia muy improbable de acontecimientos. La nuclear es una fuente importante de energía, y creemos que, pese al accidente, es fiable.

P. ¿Cómo juzga usted la conferencia de Ginebra?.

R. Hay muchos que necesitan energía nuclear en campos como la medicina, la agricultura, la industria y la ciencia. La cuestión de los principios y de los medios [sobre el acceso de los países a la tecnología nuclear pacífica] no es fácil, pues la principal idea detrás es el vínculo entre los derechos de los Estados a desarrollar, adquirir y usar las tecnologías nucleares y las obligaciones para aplicarlas sólo con fines pacíficos. Es el vínculo entre la cooperación nuclear y la no proliferación, entre la garantía de aprovisionamiento y la garantía de no proliferación. Los resultados de la conferencia muestran que todos los países quieren ampliar la cooperación en el campo nuclear y de la no proliferación. Un total de 134 países ha firmado el TNP [Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares]. Su comprensión de las obligaciones de la no proliferación es a veces diferente de la de países que no lo han suscrito.

P. Países opuestos al TNP dicen que es discriminatorio. ¿Tienen razón?

R. El artículo 6º del TNP pide que las potencias nucleares se esfuercen en reducir sus armamentos atómicos. Es una afirmación correcta decir que el progreso en la limitación de la proliferación horizontal ha sido mucho más sustancial que en la vertical. La URSS ha hecho algunas sugerencias, como las de Mijail Gorbachov en enero del año pasado. Si se cumplieran, se pondría en práctica la idea contenida en el TNP.

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