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Tribuna:CRISIS DE UN MERCADO CONVENCIONAL
Tribuna
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El cine americano y el otro cine

En 1985, las salas españolas -cada vez en menor número- contaron tan sólo con la cuarta parte de los espectadores que tenían en 1966, y de los 3.000 millones que se calcula el número anual de espectadores de filmes, en nuestro país, a través de todos los medios, solamente el 3,5% (decimos el 3,5%) visionan las películas en los locales cinematográficos.Pero este brutal descenso de espectadores, que se puede observar en mayor o menor medida en todos los países, no afecta por igual, en nuestro propio mercado, a todas las cinematografías.

Desde hace algunas temporadas se viene produciendo una fuerte tendencia de polarización del público en determinadas películas, a las que presta su asistencia masiva, en tanto que el resto carece de espectadores.

El público español está saturado de películas servidas a domicilio y, salvo excepciones, sólo se desplaza a las salas atraído por las grandes superproducciones norteamericanas, que son promocionadas, además, por un gran despliegue publicitario -incluida la televisión- que está vedado, por su elevado coste, para las otras cinematografías, incluida, entre ellas, la cinematografía española.

En un espectacular proceso ascendente, que debiera preocuparnos, los filmes norteamericanos han pasado de absorber un 28% de espectadores españoles en 1974 a nada menos que cerca del 57%, más del doble, en el pasado año.

Si a este porcentaje le sumamos el de las películas británicas (prácticamente de factura y financiación norteamericanas), llegamos a un acaparamiento de nuestro mercado superior al 66%.

Una de las varias consecuencias negativas de este predominio americano, con independencia de la colonización cultural que supone, es la desaparición o debilitación de nuestras compañías distribuidoras independientes, ya que en 1985 el 727. del total de las taquillas fue absorbido por 10 grandes distribuidoras de material norteamericano.

Empresarios presionados

Por otra parte, nuestros empresarios de salas se ven presionados por estas grandes compañías estadounidenses y tienen que aceptar unas condiciones de contratación rigurosas, por no decir injustas, lo que da lugar a que los empresarios, a su vez, se impongan en los acuerdos con el resto de las películas.

Es lamentable, por ejemplo, el hecho de que una película española tenga que salir de la cartelera en pleno éxito para dar obligado paso a un filme norteamericano. En definitiva, la crisis se desplaza a las cinematografías comunitarias y al cine español, que pierde terreno en su propio mercado. La cifra de espectadores de películas españolas en 1985 no alcanza siquiera al 18%, es decir, una de las más bajas de los últimos 20 años.

No somos partidarios de limitaciones directas a la invasión de las películas made in USA, pero la libertad de mercado exige, precisamente, que no haya posiciones dominantes, que desarticulan la libre competencia, y por eso creemos, como han pedido insistentemente los profesionales españoles, que es necesaria una más justa ordenación y regulación de nuestro mercado de películas.

La declaración, por parte de la Comunidad Económica Europea, del año 1988 como Año del Cine y la Televisión Europeos, tiene como esencial finalidad la de encontrar fórmulas y medidas para que la televisión y el cine de estos países tengan una mayor presencia en el área comunitaria, una mayor producción propia y, en consecuencia, una limitación en el suministro de estos bienes culturales por parte de Norteamérica, que ya cuenta con su gigantesco mercado, que se mantiene incólume, por cierto.

La situación española es altamente preocupante a este respecto, como hemos visto, y los responsables de la política cinematográfica debieran ponerse con urgencia a la tarea de ordenar más racionalmente nuestro mercado cinematográfico, y aun el televisivo -como se ha hecho en Francia, por ejemplo-, para que nuestro cine y el comunitario no se vean en situaciones tan precarias como la actual.

Antonio Cuevas Puente es presidente de la Unión de Productores de Cine y Televisión.

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