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El coste de las películas españolas se ha duplicado en los últimos cuatro años

Ana Belén y Ángela Molina, entre las actrices más cotizadas

El coste de las películas españolas se ha duplicado durante los últimos cuatro años, equiparándose a los que se consideran normales en la industria europea. Las ayudas económicas que en forma de subvenciones anticipadas pueden recibir los productores de organismos nacionales o autonómicos parecen ser una de las principales causas de este encarecimiento. El coste medio de un filme en 1984 era de 70 millones de pesetas, mientras que los proyectos actuales se sitúan en torno a los 150 millones.

Las partidas dedicadas a los actores protagonistas son las que más se han disparado en este tiempo. Cuentan las gentes del cine que el aumento del coste de los rodajes españoles tiene su origen en los incidentes sufridos por un galardonado director español.Hace tres años largos que ese director presentó un proyecto solicitando los derechos de antena a TVE en el que había inflado casi todas las partidas presupuestarias, especialmente las de los actores. Cuando éstos se enteraron, exigieron cobrar las cantidades que figuraban en el proyecto. El director sustituyó a los actores por otros que aceptaban cobrar menos, pero se quedó sin los derechos de antena que inicialmente se le habían prometido.

La historia se extendió entre los profesionales del sector y sin que hiciera falta ponerse de acuerdo, el coste ficticio se convirtió en coste real.

Los directores y productores consultados sobre las repercusiones que este encarecimiento puede tener en la industria, cuyos nombres prefieren que no se hagan públicos, coinciden en señalar que el caché de los actores ha subido desproporcionadamente respecto a la rentabilidad que las películas que protagonizan tienen en el mercado, a la vez que advierten que este tema concreto afecta a un grupo de actores que son los que protagonizan la mayor parte de las películas españolas. Alguno de ellos asegura que actualmente puede, ser más rentable trabajar con artistas extranjeros que con los españoles.

Cantidades variables

La actriz española que más cobra por una película es Ana Belén, cuyo caché está en torno a los 15 millones de pesetas, aunque su representante, Jesús García Ciordia, asegura que la cotización de esta cantante y actriz no está en una cantidad fija, sino que en sus últimos filmes ha sido contratada en calidad de coproductora, de forma que con algunas películas -La corte de Faraón- ha cobrado más de esa cantidad, pero con otras -Adiós, pequeña- los beneficios han sido inferiores. Ángela Molina, otra de las actrices imprescindibles dentro de los repartos de estos últimos años, tiene una cotización que se sitúa entre los ocho y los nueve millones, ependiendo del tiempo que dure el rodaje y del lugar en el que éste se realice.Victoria Abril o Imanol Arias cobran alrededor de siete millones por actuación cinematográfica, mientras que dos actores veteranos como Fernando Rey y Fernando Fernán-Gómez perciben unos cuatro mirones por actuación. Entre los nuevos más de moda en los repartos están los casos de Antonio Banderas o Juanjo Echanove, quienes por encarnar personajes secundarios perciben alrededor de tres millones de pesetas.

Julio Vallejo, director de producción desde hace 30 años, especializado en el campo de la coproducción, precisa de entrada que tiene totalmente comprobado que una película se vende exclusivamente por la historia que cuenta y que uno de los grandes errores del actual cine español es basar la salida comercial de una película en la inclusión de nombres de actores que, en su opinión, aparecen con tanta frecuenciaque sólo logran cansar al espectador.

Vallejo afirma que los actores son los que más están encareciendo los proyectos de las películas españolas, hasta el punto de que no hay diferencia entre los grandes nombres internacionales y los nacionales. "Yo sé de muy pocos actores españoles capaces de rodar en inglés o que, por ejemplo, sepan montar a caballo", afirma. "La preparación es baja",. añade, "porque no hay amor al cine. Yo prefiero incluir en una de mis producciones a gente como Silvia Kristel, cuyo caché está sobre los 20 millones de pesetas, pero que es capaz de tener durante 13 años seguidos una película en el mismo cine de los Campos Elíseos, de París". Para Vallejo está perfectamente justificada la entrada en el mercado español de gente como Omero Antoniutti, Bruno Ganz o Lambert Wilson,quienes, sin disparatar los presupuestos de una película, pueden atraer espectadores en mercados internacionales.

Jesús García Ciordia, representante de la mayor parte de los actores más populares del nuevo cine español, reconoce que el coste se ha duplicado, pero que no es en absoluto disparatado, y discrepa profundamente con quienes sostienen que los actores extranjeros estén mejor preparados y cobren igual o menos que los españoles.

"Sencillamente, no me lo creo", afirma García Ciordia. "Puede que haya habido algún caso aislado, pero no se puede generalizar, porque a la cantidad por la que se les contrata -y que generalmente cobran en dólares en cuenta bancaria antes de venir- hay que añadir las dietas, que difícilmente bajan de 15.000 pesetas diarias, y el alojamiento en lujosos hoteles del actor cóntratado y de sus acompañantes".

El director Pedro Costa ha incluido en el reparto de su último filme, Redondela, al actor Patrick NeweIl. Dice que, ante todo, que él escoge al actor que dé el tipo del personaje sin fijarse en la nacionalidad: "A veces se incluye un nombre extranjero en un reparto para intentar abrir mercados. En mi caso no fue así. Buscaba un actor de unas determinadas característi cas que sólo vi en NeweIl".

Costa aseguia que los hono rarios de este actor británico han sido de cuatro millones de pesetas, al margen de un billete de avión de ida y vuelta a Lon dres, un apartamento medio durante los dos meses que duró el rodaje y la disponibilidad petinanente de poderse aislar en una habitación o en un remolque mientras se realizaba e trabajo.

"Esto último, que algunos podrían decir que es una excentricidad", añade Costa, "yo lo interpreto como una exigencia destinada a mejorar el resulta do de la película, porque él no habla una palabra de español y necesitaba estar solo para po derse concentrar entre escena y escena".

Abrir mercados

Fernando Colomo nutrió el reparto de El caballero del dragón con los nombres del alemán Klaus Kinski y el norteamericano Harvey Keitel. "Lo hice porque sus nombres me abrían mercados", asegura Fernando Colomo, "y, de hecho, pude vender la película en Estados Unidos y en otros mercados extranjeros". No obstante, Colomo reconoce que, en el caso concreto de estos actores, el coste fue bastante alto.Por cuatro semanas de rodaje Klaus Kinski cobró alrededor de 14 millones de pesetas; mientras que Keitel, por siete semanas de trabajo, percibió alrededor de 18 millones. Ambos cobraron en dólares y exigieron en sus contratos billetes de avión en primera clase desde sus respectivos países, alojamiento en los mejores hoteles, dietas y disponibilidad permanente de un remolque individual.

Aunque las exigencias de estos dos actores fueran bastante elevadas, Colomo afirma que, salvo en el caso de las estrellas, el caché de un artista europeo no es superior al de un español: "El coste de las películas españolas se está poniendo a nivel europeo, y el capitulo de los actores suele ser fortísimo. No es de extrañar que haya directores que traigan gente de fuera para ahorrar en los presupuestos".

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